Hace años la ausencia de noticias importantes durante la época estival provocaba la proliferación de informaciones sobre asuntos de escasa relevancia, o sobre temas sensacionalistas del famoseo, o sobre rumores de movimientos de estrellas del deporte, o sobre enigmas o leyendas populares nunca contrastadas en la realidad, como el supuesto avistamiento de serpientes marinas gigantes, del monstruo del lago Ness, del Yeti y de otras criaturas legendarias, de platillos volantes o extraterrestres, o sobre fenómenos paranormales, amén de otros menos frecuentes.
Aunque no está claro el origen del término, probablemente esté relacionado con la recurrente aparición de animales fantásticos, casi siempre reptiles, como las serpientes marinas gigantes, o el propio Nessie, que sería, según casi toda la iconografía recogida, incluyendo fotos de una supuesta aleta en la revista Nature, un plesiosaurio o algo similar. En cuanto al mito de la serpiente marina gigante, es muy posible que esté relacionado con el pez remo gigante, también llamado rey de los arenques, que tiene forma serpentiforme y del que hay ejemplares documentados de hasta 11 metros de largo y observaciones no contrastadas de otros de hasta17 metros.
Ahora, con ataques y masacres terroristas continuos en Alemania, en Francia, en Estados Unidos, en Afganistán, en Irak, en Somalia, en Bangla Desh, en Libia, en Nigeria, con guerras inacabables en Siria y en Irak, con migrantes muriendo ahogados en el Mediterráneo o malviviendo, que es una forma de morir lentamente, en campos de refugiados en Turquía, en Kenia o en la propia Europa, con nuevas pandemias infecciosas como el virus Zika, con los escándalos del dopaje sistemático de los deportistas en algunos países, con las cifras indecentes pagadas por los traspasos de algunos deportistas de elite en el contexto de una crisis económica inacabable, con el golpe de estado fracasado en Turquía y el subsiguiente triunfante llevado a cabo por Erdogán en forma de purga masiva del estado turco con la aquiescencia por omisión de los gobiernos europeos y americanos, ya no ha lugar a las serpientes de verano, hay informaciones suficientes, más sensacionales que las sensacionalistas.
Pero si no tenemos serpientes de verano, aquí en España sí tenemos culebrón del verano. Tenemos el sainete inacabable representado por nuestros políticos y su incapacidad de llegar a acuerdos para formar gobierno. La ineptitud demostrada por los líderes y los partidos políticos desde las elecciones de diciembre ha dejado bien patente su falta de cultura democrática y su desprecio absoluto hacia los ciudadanos.
El mensaje que los españoles les hemos enviado, dos veces a falta de una, es que queremos que pacten y gobiernen con acuerdos negociados. Ellos, en cambio, como lo único que saben y entienden no es gobernar sino mandar, se han mostrado, hasta ahora, incapaces de llegar a los necesarios compromisos que permitan el desatasco de la situación. Si persisten en su nulidad el sainete devendrá astracanada, género teatral de humor grueso y tosco exclusivo de España, con personajes zafios y ridículos que parecen inspirados por nuestros políticos, que no tendrán que ensayar para representar sus papeles, ya que están hechos a su medida.
