Salud y envejecimiento

El ejercicio mejora la vida de las personas centenarias, incluso en su última etapa

Un estudio pionero muestra que el ejercicio físico puede mejorar la fuerza y la autonomía en personas centenarias. Realizado por investigadores del IIS Biogipuzkoa y la Universidad de Zaragoza, el programa de entrenamiento demostró beneficios significativos en la capacidad funcional y en biomarcadores de fragilidad, resaltando que nunca es tarde para comenzar a ejercitarse.

Nunca es tarde para hacer ejercicio: incluso a los 100 años se puede recuperar fuerza y autonomía.

La investigación realizada por equipos del IIS Biogipuzkoa, en colaboración con la Universidad de Zaragoza y CIBER, ha revelado que el ejercicio físico tiene un impacto positivo en la vida de las personas centenarias. Este estudio pionero, publicado en Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle, demuestra que la capacidad funcional de los ancianos puede mantenerse e incluso mejorar con la actividad física, independientemente de la edad.

Un programa transformador

La investigación involucró a 19 centenarios, de los cuales 12 completaron un programa de entrenamiento de fuerza. Durante tres meses, los participantes entrenaron dos veces por semana, comenzando con sesiones de 20 minutos y aumentando a 40-45 minutos. Los resultados mostraron mejoras significativas en la fragilidad y capacidad funcional de los participantes, así como cambios positivos en biomarcadores relacionados con la fragilidad.

El estudio, dirigido por el Dr. Ander Matheu y la Dra. Nuria Garatachea, incluyó la colaboración de múltiples equipos de investigación y los Servicios de Geriatría de hospitales destacados. “Este estudio demuestra que nunca es tarde para comenzar a entrenar y que el ejercicio puede cambiar la vida”, afirmó Garatachea.

Mejoras en la calidad de vida

Los investigadores destacaron la participación activa de los centenarios en el programa. “Los resultados no solo son numéricos; se reflejan en la vida cotidiana de los participantes”, subraya Garatachea. Un hombre de 103 años logró independizarse en sus necesidades básicas, mientras que una mujer de 102 años recuperó la fuerza suficiente para levantarse sin ayuda.

Los centenarios son un grupo que frecuentemente enfrenta fragilidad en sus últimos años. Según el Dr. Matheu, “es complicado reclutar a esta población, ya que de cada 100,000 habitantes, solo 11 llegan a los 100 años”. A través de análisis de sangre, se observó que el ejercicio no solo fortalece los músculos, sino que también modula procesos biológicos vinculados al envejecimiento.

Un desafío global

El envejecimiento de la población representa un reto para los sistemas socioeconómicos y sanitarios. Con el aumento constante de la población anciana, especialmente en países desarrollados, es vital realizar estudios que informen sobre el envejecimiento saludable.

Este proyecto comenzó en 2018 y se vio interrumpido por la pandemia, pero continuó con el análisis de los efectos del ejercicio y la publicación de sus hallazgos, resultado de tres años de trabajo colaborativo. La investigación ha sido financiada por diversas instituciones, incluyendo la Diputación Foral Gipuzkoa y el Instituto de Salud Carlos III.

Referencia del artículo: Resistance Exercise Intervention Restores Functional Capacity and Improves Frailty Biomarkers in Centenarians. Marcos-Perez D, et al. J Cachexia Sarcopenia Muscle. 2025 Oct;16(5):e70079.

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