Afirmaba la presidenta de la Asociació d’Amics i Veïns de Es Trenc i Es Salobrar de Campos Cati Mora, en una interesante entrevista a mallorcadiario.com publicada este domingo, que no entendían la premura y poca transparencia con la que el Govern de les Illes Balears había planteado convertir Es Trenc en Parque Natural sin tener en cuenta la opinión y necesidades de los vecinos.
Y es que, siendo sinceros, lo de Campos es para hacérselo mirar. Cuesta encontrar en Mallorca un municipio más vapuleado desde el punto de vista económico por parte de las instituciones insulares y autonómicas a lo largo de la democracia.
Podemos coincidir en que la declaración de Es Trenc como ANEI (1991) era una acción necesaria, - que probablemente le costó las elecciones al que era alcalde del municipio entonces Guillem Mas (Unió Campanera)- no obstante, si repasamos año tras año, vemos como el municipio, teniendo muchos kilómetros de costa, no sólo ha sido privado de obtener buenos réditos económicos de ello, sino que además, ha tenido que cargar con los gastos de mantenimiento de unas bellas playas para que propios y ajenos la disfruten.
El proyecto de campo de golf en Son Baco o el hotel en la segunda línea de Ses Covetes son dos ejemplos de infraestructuras objeto de una controversia institucional y judicial que al final ha aniquilado la expectativa de cientos de puestos de trabajo principalmente para los campaners.
Campos ha sido privado de desarrollar el sector terciario como lo ha sido también con el sector primario, y ello ha quedado claro con la plantada realizada por los productores de leche quienes, en señal de protesta, en esta edición de la Fira no han acudido con sus ejemplares vacunos.
Siendo así, pues, es normal que entre los campaners exista un recelo hacia la política urbanística supramunicipal porque, aunque no sea de manera premeditada, parece que la tiene tomada con la localidad que de algo tiene que comer. Es muy bonito tenerlo todo protegido, el papel lo aguanta todo.
