Los recientes acontecimientos vividos en el seno de la Organización Médico Colegial y por ende en el Colegio de Médicos de Baleares, han provocado una marea que, poco a poco amenaza con convertirse en maremoto, porque de seguir las cosas como hasta ahora, la Junta de Gobierno puede quedarse “en cuadro”, ya que las renuncias ya han empezado a producirse. Me cuentan que la oposición tiene un enfado monumental con la presidencia y que se está planteando acciones mucho más contundentes que las llevadas a cabo hasta ahora, por lo que está a la espera de algunos informes para dar el siguiente paso. Mientras tanto ya son dos los que han renunciado a seguir en la Junta, uno de ellos el mismo día que tomó posesión del cargo, ya que llegó, fue nombrado y acto seguido renunció, explicando detalladamente lo que pensaba de lo sucedido estos meses. Ahora, el enfrentamiento entre los médicos es claro, aunque la división no se haya escenificado todavía, pero todo llegará, porque cada vez son más los que piensan que lo sucedido no es propio de una institución colegial que está para defender a sus afiliados y no para todo lo contrario, incluso los hay que hablan de vendetta, lo que todavía es mucho más grave, porque de ser cierto demostraría la poca catadura moral de algunos. La situación que se vive, de aparente normalidad de puertas hacia fuera, es muy tensa y muchos afirman que nunca hasta ahora se había llegado tan lejos, por lo que no descartan que en los próximos días o semanas tengamos “fuegos artificiales” que salpiquen hasta quien menos se piensa.
