El parlament balear ha designado senadores en representación de les Illes Balears a los expresidents Francesc Antich, repetidor, y José Ramón Bauzá (que no Bauçà). Ha persistido de esta manera en la práctica habitual de muchas autonomías de colocar en el Senado a presidentes autonómicos salientes, habitualmente por haber perdido las elecciones en sus respectivas comunidades.
Claro que no es una práctica de las autonomías, sino de los dos grandes partidos españoles, que utilizan el Senado, cámara perfectamente inútil y que, de no cambiar, debería desaparecer, como retiro dorado y muy bien remunerado para sus políticos autonómicos amortizados, que consiguen, además, consolidar extraordinarias pensiones.
Existen tres tipos de instituciones que PP y PSOE utilizan para colocar a aquellos de sus miembros que no tienen sitio en la primera línea de la política, ni estatal ni autonómica. Las diputaciones provinciales sirven para colocar a políticos que destacan en la esfera municipal y que se preparan para dar el salto a niveles más importantes, o para aquellos que ya no progresarán más allá del ámbito local, pero a los que hay que premiar durante un tiempo extra con un cargo remunerado y de escasa complicación.
El parlamento europeo sirve para dar la patada hacia arriba a políticos incómodos o díscolos, pero a los que conviene tener contentos y entretenidos con un destino con glamour y bien remunerado. Los señores Mayor Oreja y Vidal-Quadras han sido ejemplos paradigmáticos.
Y, finalmente, está el Senado. Un destino cómodo, tranquilo, de poco trabajo, por lo demás inútil, con un buen sueldo, viajes gratis por España y, en ocasiones, también al extranjero, teléfono móvil, tableta y excelente pensión compensatoria. Un chollo. Ideal para expresidentes autonómicos que han demostrado sobradamente su incapacidad para la correcta gestión de la cosa pública y que han sido depuestos de sus cargos por los votos de sus conciudadanos.
Y ese es un aspecto crucial. Si los ciudadanos de la comunidad autónoma hemos democráticamente desautorizado a esos señores con nuestros votos y les hemos negado que sigan gobernándonos, ¿cómo nos van a representar en la supuesta cámara territorial de las cortes españolas?. Los diputats y diputades del PP y PSOE del parlament balear han perpetrado una auténtica burla a la voluntad popular. Lo hicieron hace cuatro años nombrando al Sr. Antich y lo han agravado ahora renombrándolo en compañía del señor Bauzá (que no Bauçà).
Pero, ¿y el resto de grupos parlamentarios?. ¿Cómo es que Podemos se ha abstenido?. ¿Acaso no representan Antich y Bauzà lo más rancio de la “casta”?. ¿Cómo es que no han votado en contra?. ¿Cómo es que han sancionado con su abstención este escarnio a los ciudadanos baleares?.
¿Y Més?. ¿Cómo es que no han pugnado para que las Islas Baleares tuvieran unos representantes apropiados y no sometidos a los dos grandes partidos estatales?. ¿Cómo es que, al menos, no han votado en contra del despropósito y, al igual que Podemos, lo han legitimado con su abstención?.
Solo los tres diputats del PI han actuado con coherencia con sus propuestas y su programa y han votado que no a este desatino.
PP y PSOE han convertido el senado en un sumidero de políticos residuales, en una canonjía con la que agradecerles los servicios prestados y mantenerlos callados. Si las nuevas formaciones políticas pretenden tener un mínimo de credibilidad, después de las próximas elecciones deberán promover una de dos acciones: o una auténtica redefinición del senado como verdadera asamblea de representación autonómica, con nuevas funciones, nueva estructura, nuevas competencias y nuevos mecanismos de elección de los senadores, o la eliminación pura y simple de una cámara que, en su actual configuración, es inútil y gravosa para el erario público.
