Empieza la campaña electoral

Siempre, a mitad de la legislatura, los partidos políticos que van a pedir el voto empiezan la campaña electoral. Se supone, que el que gobierna ha dejado para estos dos últimos años las inversiones más solicitadas por la ciudadanía y la realización de los proyectos más mediáticos que se puedan hacer. Hay que conseguir que la gente les vote. Para seguir mandando. Como buen demócrata que me considero, no voy a pedir que voten a ninguna de las posibles listas electorales que se presentaran, antes o después. Pero sí que creo que es el momento de hacer públicas algunas reflexiones. Hoy ya no estamos analizando que formación política tiene  mejor plan para mejorar la vida de los ciudadanos. Ninguna oferta electoral garantiza el futuro de los jóvenes, las pensiones de los mayores y la calidad de los contratos de trabajo para poder sobrevivir en una sociedad consumista, como es la nuestra. El debate es que tipo de sociedad queremos. Así pues, deberán ustedes fijarse mucho en lo que dicen, hacen, prometen y cumplen. Hay dos grandes partidos, el PSOE y el PP. Son los que más posibilidades tienen de gobernar en solitario o gracias a acuerdos con otras formaciones. De hecho, volver a las mayorías absolutas será cada vez más difícil. Unos, los socialistas, ya han pactado con los comunistas, separatistas, republicanos, feministas, ecologistas y radicales. Y suman la mayoría de los españoles. El otro, el PP, ha pactado en algunas instituciones y entidades con VOX. Así que ya saben: uno u otro. Hay que agradecer a ambos que ya no nos vendan sus valores y visiones sociales. Está claro. El PP ya ha sido condenado por corrupción. También el PSOE. Gracias a las nuevas tecnologías, es decir, los medios digitales y las redes sociales, cualquier ciudadano ya puede ver pequeñas informaciones que enseñan lo que están haciendo los partidos, como se pelean en el Congreso o en el Ayuntamiento, o en nuestro caso en el Govern y los Consells. Así vemos de qué pie cojean. Luego, según el banderín de enganche de cada medio de comunicación, es decir pagados por la derecha o pagados por la izquierda, o los nacionalistas o los separatistas o los terroristas, nos contaran su visión, su propaganda y nos mentirán para que nos creamos que ellos son los buenos de la película y los otros el facha, el demonio, el rojo o su puta madre.

Dan tanto asco que se merecerían que nadie les votase. Pero estamos en una democracia que exige la opinión del ciudadano, emitiendo su voto libre y secreto. Y esa es una de las grandezas de la democracia. Puedo fingir que les creo y que les entiendo, pero al final, estaré ante la urna y habré decidido qué papeleta meteré dentro. Respeto mucho a la socialdemocracia europea. Apoye al partido Socialista de Felipe González, del que esperaba que cambiase España. Y lo hizo. Lo hizo desde el acuerdo político de cerrar las heridas, que todos los implicados hicieron a todos los españoles, antes, durante y después de la Guerra Civil. Fue una época de absoluta locura. España no se merecía tanta sangre. Y por eso, se acordó y se cumplió cerrar el libro de la Guerra Civil y abrir el nuevo de la España democrática, plural, constitucionalista, de derechos y libertades.

Hoy, el socialismo de Pedro Sánchez, abre las heridas para atacar a la derecha. No tiene programa, ni proyecto político y  su proyecto social es la mentira institucionalizada. Prometía trabajar para los más necesitados y se ha gastado el dinero de todos los españoles en pagar vicios, putas y prebendas a sus más allegados. Y se calla, no da explicaciones y sigue mintiendo, cada día y en cada oportunidad. No pide perdón, ni convoca elecciones. Solo sabe culpar a la derecha de todos los males de España, incluso de la muerte de Manolete. Es así, y así me duele reconocerlo. Solo me queda la esperanza que la justicia, la que sea de derechas o de izquierdas, cumpla con su deber.