Una patrulla se desplazó al lugar y se topó con un hombre, de nacionalidad espñala y 57 años de edad, en el interior del recinto y que no podía salir porque la barrera de acceso había sido soldada.
Según explicó el hombre, llevaba cerca de un mes residiendo allí y que al escuchar el ruido de la soldadora observó cómo un operario, acompañado de un vigilante de seguridad, sellaba el acceso.
A fin de esclarecer lo ocurrido, los agentes contactaron con el responsable de la gestión del solar, quien confirmó haber ordenado soldar la barrera porque pensaba que estaba vacío -a pesar de que el operario le informó de la presencia de una persona en el interior-.
Tras la mediación policial, el gestor envió de nuevo al operario para cortar los puntos de soldadura. Una vez restablecido el acceso, y para permitir la vigilancia del recinto, el hombre que reside en él entregó una copia de la llave de su candado al responsable del solar.
La Sala de Atestados abrió diligencias que fueron remitidas luego al juzgado.







