Foto: J. Fernández Ortega
El Monestir de Santa Maria de la Real, que de algún modo sigue siendo aún hoy el epicentro de Es Secar, fue fundado en 1239, si bien no fue hasta 1266 cuando pasó a su actual ubicación. Desde su creación y hasta principios del siglo XIX, el monasterio fue regido por la orden cisterciense, que abandonó el lugar en 1835, en el contexto histórico de la posteriormente denominada Desamortización de Mendizábal.
Cabe recordar que a partir de 1835 las órdenes religiosas asentadas en España tuvieron que abandonar sus conventos y reagruparse en otros espacios, pues sus fincas se declararon propiedad del Estado. La Desamortización de Mendizábal, iniciada como tal en 1837, consistió sobre todo en la venta por subasta de tierras expropiadas a la Iglesia.
Dicha actuación debe su nombre al ministro Juan Álvarez Mendizábal, que ejerció su labor durante el periodo en que María Cristina de Borbón fue reina regente, pues Isabel II era entonces menor de edad.
En el caso de La Real, el monasterio se mantendría en pie pese a todo. Posteriormente, la progresiva recuperación de las relaciones entre la Iglesia y el Estado a partir de la segunda mitad del siglo XIX permitió que, de manera paulatina, las órdenes religiosas pudieran ocuparse de nuevo de los monasterios y los conventos en nuestro país.
Gracias a ese nuevo contexto, en 1897 se establecerían en La Real los Misioneros de los Sagrados Corazones —conocidos popularmente como los 'coritos'—, quienes, además, también compraron el monasterio. Previamente, en torno a 1891, los 'coritos' se habían hecho cargo de la administración del Santuario de Lluc, atendiendo a la solicitud que, en ese sentido, les había hecho el entonces obispo de Mallorca, monseñor Jacinto María Cervera.
A lo largo de sus casi ocho siglos de historia, el visitante seguramente más ilustre que ha tenido La Real haya sido el filósofo y beato mallorquín Ramon Llull, quien, según señala la página web Rutas Ramon Llull, se hospedó en varias ocasiones en esta abadía. Entre 1265 y 1269, los frailes de La Real "le aconsejaron la lectura de San Anselmo y de San Agustín", indica dicha web, que también recuerda que en 1274 Llull permaneció allí otra temporada y que, por último, "donó su biblioteca personal al monasterio de la Real en su testamento".
Por lo que respecta a la historia de la barriada en sí, una de las principales características demográficas de Es Secar de la Real ha sido que su población estuvo muy diseminada hasta finales del siglo XIX, una circunstancia debida sobre todo a que Es Secar formaba parte de la periferia rural de Palma y a que la mayoría de sus habitantes se dedicaban a la agricultura.
En cualquier caso, la transformación más significativa de este barrio tendría lugar en el último tercio de la pasada centuria, con la progresiva urbanización de Son Serra Parera y de Es Secar Nou.
Desde entonces, en su conjunto es una barriada con un carácter esencialmente residencial, que además cuenta con la presencia del Hospital de Son Espases. Este equipamiento fue impulsado entre 2003 y 2007 por el Govern que entonces presidía el popular Jaume Matas, que introdujo cambios y mejoras con respecto al proyecto originario por la presión vecinal y también de los 'coritos'.
Una de las señas de identidad del momento presente de Es Secar de la Real es la fortaleza de sus pymes. Así lo podemos constatar a lo largo de nuestra visita, que iniciamos en el Forn de Pa i Pastisseria Trias, en la avenida del Císter. Su propietario es Pep Trias, quien explica que abrió su negocio en 2006, junto con su esposa, apostando desde el principio por la elaboración de productos artesanos, como pasteles, gató, panades o ensaimadas. De hecho, Pep es maestro artesano pastelero.
"En Palma hemos visto cerrar muchos forns en estos últimos años", lamenta con pesar, una situación que atribuye a la competencia de las grandes superficies. En ese sentido, Pep considera que es prioritario que los comercios de las barriadas seduzcan a los clientes ofreciendo algo distinto y mejor a lo que pueden encontrar en los modernos centros comerciales. "El éxito radica en intentar conseguir la excelencia en todos tus productos", subraya.
En el caso de su propio negocio está siendo así, pues Pep ha recibido distintos premios y galardones desde que puso en marcha su pastelería. El más reciente ha sido el reconocimiento del International Taste Institute de Bruselas, que le ha otorgado dos estrellas por su emblemático gató de almendra. Y seguro que en el futuro le llegarán más premios gracias a su contrastada filosofía de trabajo, que sintetiza así: "Hemos de conservar nuestra tradición, nuestra cultura y nuestra gastronomía".
Ya en la plaza Pare Antoni Ramon Pasqual, una tienda que llama nuestra atención es Passa Passa, especializada en productos de marcha nórdica y senderismo. Su responsable, Rafel Giménez, nos comenta que se inauguró hace tres años. "Además, hemos creado también un club, el Nordic Walking Palma, pues la marcha nórdica es una actividad que cada vez va ganando más adeptos", prosigue.
Rafel lleva casi toda su vida viviendo en Es Secar, una zona que, a su juicio, "está hoy muy abandonada con respecto a años atrás, a pesar de que también es cierto que han cambiado farolas y otras cosas". En esa misma línea crítica, indica que "además hay actuaciones muy incongruentes, como que quitaron las luces de Navidad antes de Sant Antoni y Sant Sebastià, y ahora en julio las han vuelto a poner".
Esta percepción negativa no es compartida en absoluto por el coordinador municipal de Es Secar de la Real, Toni Server, quien avanza que a finales de este año el área de Infraestructuras del equipo de gobierno que preside el popular Jaime Martínez "arreglará las aceras que están en peor estado". Asimismo, destaca que en este mandato "se ha remodelado por completo el Parc de Son Cànaves" y "se ha hecho un parque infantil nuevo en la entrada de Es Secar". Por último, recuerda que desde hace unos meses Cort "gestiona las actividades que se realizan en el casal de barri".
En Es Secar hay también, al igual que en otras barriadas palmesanas, espacios con una magia especial. Así ocurre con Naru Cerámica Alquímica, que dirige Mercedes De Ambrosio. "Soy argentina y llevo 23 años en Mallorca", desvela. También nos cuenta que hace diez años empezó a dar clases de cerámica en diferentes talleres e instituciones y que hace un lustro se estableció por su cuenta. "En Es Secar de la Real llevamos dos años", explica.
El nombre de su local obedece al hecho de que para convertir el fango en una pieza de cerámica "se necesita la alquimia de los cuatro elementos aristotélicos", es decir, la tierra, el aire, el fuego y el agua. "En nuestro taller los alumnos llevan a cabo todo el proceso de creación de una pieza, desde la idea originaria hasta el resultado final", expone.
Ese procedimiento implica cortar el barro, modelarlo, cocerlo, dejarlo secar, pulirlo y decorarlo. Luego irá por vez primera al horno, saldrá, se le aplicará un esmalte y volverá al horno. "Este proceso suele durar unas cuatro semanas", concreta Mercedes, que se fotografía para este reportaje con su marido, Alejandro Montel, quien también da clases en el taller y, además, es fotógrafo.
Antes de despedirnos, ambos nos entregan una tarjeta de un tamaño algo mayor que el de una octavilla. "Es una tarjeta grande, como nuestro corazón", apostilla Mercedes con una sonrisa. Ese gran corazón es el mismo que sin duda acompaña también a quienes igualmente hacen de Es Secar de la Real una barriada promisoria y tranquila.
Jon Rahm venció en el evento final del LIV Golf 2025 con una ronda impresionante…
A partir de este miércoles, Aemet prevé un cambio climático en Mallorca con lluvias intensas…
El Govern balear ha limpiado más de 310 kilómetros de torrentes para prevenir inundaciones, destinando…
Pymes y autónomos de Calvià podrán formarse gratuitamente en IA y transformación digital, con 136…
Un conductor borracho perdió el control de su coche y destrozó parte de una estación…
Las llegadas de migrantes a España han disminuido un 29,3% hasta agosto de 2025, pero…
Esta web usa cookies.
Ver comentarios
Me encanta el barrio y me encanta ir a Naru con Mercedes y hacerme las uñas en Nails and me con Yani. Es una zona muy tranquila donde puedes pasear y encontrar gente estupenda.
Para mi, llegar al barrio para asistir a las estupendas clases de cerámica de Mercedes fue todo un descubrimiento. Un pequeño oasis tan cerca y tan lejos del centro de Palma.