Continúa el culebrón con las diputadas Montserrat Seijas y Xelo Huertas, quienes parecen determinadas a ser el foco de atención, aunque sea a costa de amenazar al Parlament de les Illes Balears, si no se les proporciona un despacho adecuado para desempeñar su labor parlamentaria en condiciones idóneas. Realmente no se recuerda nada parecido en la historia de la autonomía balear y comienza a ser hora de que se ponga un poco de cordura en esta espiral iniciada desde que Podem inició un expediente para expulsarlas del partido.
El Parlament no merece ser noticia por semejantes asuntos y hay que apremiar al presidente de la cámara, Baltasar Picornell, para que ponga fin a este sainete impresionante y se solucione de una vez todo lo relacionado con las diputadas expodemitas. Primero fue su ubicación en la sala de plenos, luego la asignación económica que reclamaron como miembros del Grupo Mixto, ahora son los despachos y cuando no son pitos, son flautas.
Es preciso que el Parlament atienda las demandas de Huertas y Seijas sobre los recursos que la institución pone a disposición de todos los diputados, independientemente de si integran un grupo parlamentario o si no lo hacen. Y es imperativo que ambas parlamentarias pongan fin a esta espiral de titulares que desprestigian a la institución.
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