El buque mercante ‘Sorrento’, de 186 metros de eslora, que cubría la ruta Palma – Valencia con 750 toneladas de combustible de diversos tipos, se ha incendiado y está en grave riesgo de irse a pique a 17 millas náuticas de la costa mallorquina, al oeste de la Dragonera, en lo que puede calificarse de incidente gravísimo. Afortunadamente todo el pasaje y la tripulación (157 personas en total) han podido ser rescatados y no hay que temer por la vida de nadie ni lamentar desgracias personales de importancia, en una operación de rescate compleja que se ha desarrollado satisfactoriamente. Ha habido mucha suerte en el aspecto personal pero el incidente puede ser mayúsculo en el aspecto marítimo y medioambiental.
El ministerio de Fomento ha movilizado todos los efectivos disponibles de salvamento marítimo y hay que estar a la espera de la evolución de los acontecimientos. La máxima prioridad ahora mismo es extinguir el incendio, pero no será fácil. En el peor de los casos, el buque podría irse a pique, con el consecuente para la navegación marítima y de fuga del combustible que el ‘Sorrento’ lleva en sus bodegas.
Las autoridades han respondido con prontitud. Tanto capitanía marítima como el presidente del Govern de les Illes Balears, José Ramón Bauzá y la ministra de Fomento, Ana Pastor, han estado en el Puerto de Palma a la llegada de los pasajeros evacuados del buque incendiado en un ejercicio de transparencia y responsabilidad, lo cual hay que reconocer y aplaudir.
Esto no es un simulacro. La cosa va en serio y no hay lugar para la improvisación. Corresponde a las autoridades esclarecer los motivos por los que se ha declarado el incendio, además de comprobar si los protocolos han sido aplicados con diligencia. Las próximas horas serán determinantes para ver qué sucede con el buque, pasto de las llamas y a la deriva. Hasta ahora ha habido mucha suerte y hay que confiar en que siga habiéndola. Esperemos que el buque se mantenga a flote y se logre la extinción del incendio.