Tras una tensa semana en la que los aficionados tuvieron que aguardar hasta casi 48 horas para escuchar a los culpables del descenso, el público recibió al equipo con una sonora pitada que estuvo acompañada por pañuelos. Y es que a pesar del ridículo deportivo, los causantes del ridículo deportivo anunciaron su intención de continuar en sus respectivos cargos mientras que el todavía presidente Monti Galmés, se lo pensaba.
Las protestas de algunos se hicieron visibles con dos muñecos ataviados con la zamarra barralet colgados en el exterior del Iberostar en una acción similar a la protagonizada semanas antes por los hinchas de la Roma. Además, también aparecieron varias pintadas. En el banquillo local, alguien burló la seguridad del estadio para dejar impreso el mensaje de "mercenarios, perros" mientras que en la parte alta del palco señalaba "sinvergüenzas".
En un estadio en el que apenas se dieron cita 4.000 espectadores en sus gradas, un error en la recepción de Álex Vallejo fue aprovechado por Stefan Scepovic (hermano del exmallorquinista) para encarar a Cabrero y batirle con un disparo raso. Era el minuto 8 y la diana, por cierto, fue aplaudida por muchos aficionados locales.
En el 24, Brandon estableció la igualada después un excelente servicio interior de Moutinho. El canterano no celebró el tanto. De hecho, pidió disculpas con sus manos a la afición por el decepcionante ejercicio.
Entre gritos de protesta, silbidos, pancartas y discusiones entre los no convocados Óscar Díaz y Juan Domínguez con seguidores ubicados en Tribuna, fue transcurriendo un tiempo que durante muchos momentos pareció eterno. En el minuto 40 llegó la mayor ovación de la noche cuando 'Dimonió' realizó una vuelta olímpica mientras portaba una bandera con el escudo del club.
Cerca de llegar a la hora de juego, Brandon firmó su doblete con un certero testarazo que entró por una de las escuadras de la meta de los azulones, esa tarde vestidos completamente de blanco. De nuevo, el mallorquín gesticulo sus disculpas por regresar, 36 años después, a la división de bronce del fútbol patrio.
Cinco más tarde, Scepovic equilibró de nuevo balanza culminando una embarullada acción en el área bermellona. Cabe destacar que hasta aquella tarde, el ariete balcánico (habitual suplente) tan sólo llevaba un tanto en todo el campeonato. En el minuto 69, el serbio anotó otro gol si bien en esta ocasión fue en su propia portería después de una falta lateral botada por Moutinho.
A falta de cinco minutos para el pitido final, Emiliano Buendía logró el empate que dejaba al Getafe en la tercera posición de la tabla tras una pared que dejó en evidencia la pasividad de la zaga local. En el descuento, Cedric pudo dar la victoria a los de Sergi Barjuan con un disparo que Guaita desvió a saque de esquina.
Al término del envite, cerca de 300 aficionados esperaron a los protagonistas para expresarles su descontento. Algunos incluso llegaron a lanzar bengalas al autobús del equipo. Y es que para evitar broncas individuales, los dirigentes y jugadores no se desplazaron hasta el estadio con sus respectivos autos.
