Memorias mallorquinistas

Aquella ida de la promoción entre Oviedo y Mallorca con Negreira en el Tartiere

Partido de fútbol entre Oviedo y Mallorca en 1988 con jugadores en el campo.
Momento del partido de promoción entre Oviedo y Mallorca en 1988.

El RCD Mallorca visita este viernes el Tartiere para medirse a un Real Oviedo que ha regresado este curso a la élite tras varios lustros de ausencia. En ‘Memorias mallorquinistas‘, aprovechamos el duelo para recordar la ida de aquella inolvidable promoción de 1988.

Antes de iniciar la promoción, pocos aficionados barralets pensaban en la posibilidad de perder la categoría. El empate salvador en Valencia instauró un insólito clima de positivismo en un entorno que perdió la humildad necesaria para encarar estos menesteres. Y es que probablemente, y de manera inconsciente, se subestimó al rival, un Real Oviedo que había acabado cuarto en Segunda tras los dos ascendidos -el campeón CD Málaga y el subcampeón Elche- y el sorprendente Castilla.

El partido de ida se disputo el 29 de mayo de 1988 en un Carlos Tartiere completamente lleno y con un aspecto que recordaba al Estadio Monumental de Núñez en la final del Mundial de Argentina en 1978. De hecho, con más de 19 millones de pesetas de recaudación batió por entonces el récord histórico.

En el minuto 18, Julio Llorente sufrió una conmoción que le obligó a ser sustituido por Pep Bonet. Pasada la primera media hora, Carlos mandó fuera un testarazo tras un buen servicio lateral del paraguayo Hicks. Poco después, los dos puntas locales intercambiaron sus roles en una acción que desbarató Zaki con seguridad. Antes de llegar al descanso, Orejuela malgastó una contra en la única aproximación peligrosa de los nuestros durante el primer acto.

Tras el intermedio, Carlos mandó al limbo dos opciones casi consecutivas para romper el empate inicial. Posteriormente, Higuera intentó (sin éxito) sorprender al exmallorquinista Zubeldía  desde casi el centro del campo. Superada la hora de juego, el público reclamó penalti de García Cortés sobre el inicialmente suplente José y tres más tarde, otro a Carlos. Debido a las protestas, Vicente Miera fue amonestado mientras llovían objetos desde la grada con el colegiado Enríquez Negreira como diana.

A falta de un cuarto de hora, Orejuela fabricó una jugada que Bernal no supo culminar. En el minuto 78, Julià adelantó a los carbayones al aprovechar una mala salida de Zaki ante un Berto que le ganó el salto. Entonces, de repente, apareció un gallo ataviado con una bufanda oviedista sobre el pasto.

El marcador parecía definitivo hasta que en el 88, el trencilla señaló los once metros por un claro empujón del imberbe Bango sobre Orejuela. Una pena máxima que transformó García Cortés con una violencia similar a la de Neeskens. Eso sí, el bravo lateral barralet tuvo que convertirlo en dos ocasiones ya que el árbitro obligó a repetir el lanzamiento.

Después, en el descuento, llegó el escándalo. Primero, con una botella que impactó en Luis García cuando el salamantino se disponía a ejecutar un saque de puerta. Una acción que respondió el masajista balear, Jaume Pedrós, con gestos desafiantes dedicados al fondo responsable. Luego, en una época en la que no existía la figura del cuarto árbitro ni "cartelón" para advertir del tiempo de descuento, el colegiado alargó el envite hasta que en el minuto 97Carlos aprovechó otro grosero error en la salida de Zaki para establecer el definitivo 2-1 a pesar del esfuerzo de Paco Bonet por desviar el cuero con sus manos. El Luis Sitjar dictaría sentencia.

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