Todo apunta que este invierno será el más largo de la historia, en mi humilde opinión durará algo más de tres meses, quizás seis, incluso podrían ser ocho. (Me encantaría equivocarme). Puede que las temperaturas del ambiente vayan aumentando a medida que pasan los meses, tal vez incluso al mismo ritmo que la desesperación de familias sin ingresos y empresas echando el cierre.
A pesar de llevar ya casi un año de pandemia y cerca de ocho meses entre nuestros fronteras, no parece ni que hayamos adquirido grandes conocimientos de este virus, ni que estemos cerca de controlarlo, por lo que la esperanza de conseguir una normalidad a corto plazo se desvanece cada día que pasa. Mucho tendría que cambiar la situación para que el veintiuno de marzo estemos aplaudiendo la bienvenida a miles de turistas además de la primavera.
Qué en Baleares vivimos del turismo es una frase recurrente que pronunciamos con demasiada frecuencia aun siendo una obviedad que debería interiorizarse de por vida, ya que me atrevo a decir que ni nuestros hijos ni sus nietos serán capaces de diversificar la industria como para que la dependencia sea menor. Vivimos y seguiremos viviendo del turismo.
Este año no asistiremos a grandes ferias, básicamente porque están canceladas. Toca innovar, toca echar mano de la creatividad, sacar el ingenio, explorar la imaginación para recordar al mundo que seguimos aquí, que nuestras islas siguen siendo ese lugar idílico con el que sueñan millones de personas, un territorio preparado para agasajar y mal criar a todos aquellos que deseen pasar sus vacaciones con nosotros. Pero los turistas no vienen solos hay que invitarlos. La competencia por atraer visitantes ya era feroz antes de caer en este agujero por lo que la lucha para salir de él con éxito será aún más despiadada.
Yo tengo mis dudas, el temor que otros territorios nos adelanten por la derecha y por la izquierda a la vez. No fuimos capaces de asegurar la entrada con garantías sanitarias de los que llegaron este verano, no hemos sabido copiar a Canarias gestionando un corredor seguro anti covid, tampoco me ha parecido ver ni escuchar campañas de promoción agresivas recordando quienes somos.
De seguir así llegaremos mal y tarde, posiblemente nos pase como está temporada que como dice el refranero local ha sido “arrencada de cavall i arribada d’ase” pero juzguen ustedes mismos, por qué quizás yo no lo he entendido bien!!
