Esta semana pasará a la historia del mundo cripto. Blackrock, o lo que es lo mismo, las élites financieras, han pasado a la acción dinamitando aquello que les hace la competencia: las finanzas descentralizadas y las stablecoins o monedas, hasta ahora estables, que compiten con el dólar porque replican su valor pero desde el entorno cripto.
Sin entrar en detalle, han orquestado una operación de ingeniería financiera de lo más efectiva para cargarse la maltrecha confianza de quienes están en el mundo cripto. Y han lanzado un mensaje a quienes están fuera.
Para ello, han contado con la ayuda de los hermanos Winklevoss quienes, tras haber sido víctimas de apropiación de la idea de Facebook, por parte de Mark Zuckerberg, el usurpador, montaron un exchange llamado Gemini. Este exchange ha prestado esta semana a Blackrock 100 mil BTC que han sido empleados para hundir la octava y la décima monedas más grandes: Terra/Luna y su moneda, hasta ahora estable, llamada UST.
Si el pánico lleva meses azotando todas las inversiones financieras del planeta, el miedo ha sido mucho mayor en el mundo cripto y el hundimiento orquestado de Terra/Luna ha hecho dudar a muchos inversores de la vulnerabilidad de este nuevo ecosistema.
La verdadera intención de las élites, atacando las monedas estables, no es hacer dinero sino allanar el camino a su propia stablecoin: las CBDC o monedas digitales de los bancos centrales. Son las monedas que replicarán al dólar, euro, yen, yuan, etc. pero de forma centralizada y controlada por ellos. Así, las élites financieras, dueñas de los Bancos Centrales, cumplirán su sueño y seguirán dominando el negocio. Y es más, aumentarán el control sobre la ciudadanía, cumpliendo así su hoja de ruta hacia el Gran Reseteo.
Blackrock es su brazo ejecutor. Su lema ya lo conocen: No poseerás nada pero serás feliz.
Mientras se vayan quedando con nuestras propiedades, nos las irán alquilando y, a medida que la Inteligencia Artificial vaya desplazándonos de nuestros trabajos, nos permitirán seguir adelante, ofreciéndonos una Renta Básica Universal. Así piensan que seremos felices. Todo en su moneda digital, directamente a nuestra billetera.
Pero esa renta no será incondicional. Habrá penalizaciones si nos salimos del clausulado del contrato social que nos prepararán. El precedente lo tenemos con el crédito social iniciado ya en China. Con nuestro subsidio en sus manos estaremos a su merced.
Si no accedemos a lo que desean, cortarán el grifo. Se está allanando el camita nuestra Ley de Seguridad Nacional que recoge la posibilidad de confiscar nuestros bienes en caso de necesidad o por lo que consideren como el bien común. Es un primer paso que marca el camino hacia la difuminación de los límites de la propiedad privada.
Si aceptamos la Renta Básica Universal pagada en moneda digital centralizada y, a cambio de ampliar el contrato social hacia límites insospechados, ríete de Black Mirror.
Por eso, aunque el sistema cripto sea un casino manipulado y necesite de una buena selección natural y limpieza, gracias al origen de todo lo que creó Satoshi Nakamoto disponemos de un halo de libertad y descentralización. Bitcoin es nuestra esperanza. Pero ojo, Bitcoin no es BTC, también controlado por las élites. Bitcoin es dinero digital persona a persona y, por tanto, descentralizado y privado, con el protocolo inamovible, para no dar ni quitar poder a nadie. Bitcoin no está sometido a desarrollos cambiantes, fuera de la cadena, que lo hacen súper centralizado al estar sometido a la voluntad de sus desarrolladores.
Bitcoin es transparencia y libertad y no lleva aparejados intereses ni inflación, ambos fenómenos esclavizadores, inherentes al dinero fiat.
Por resultar una amenaza, las élites intentarán controlarlo pero bitcoin es incontrolable porque se ha sellado su protocolo. Solo nuestro miedo cuando manipulan el mercado hará que nos deshagamos de ellos y los adquieran los de siempre.
El ataque sufrido por la stablecoin de Terra es un primer paso y no pararán hasta eliminar sus amenazas e implantar su stablecoin centralizada, condicionada al cumplimiento de sus normas y condicionadora de nuestras vidas por el retroceso de libertades que implicará. Bitcoin es libertad. Merece la pena acercarse a él y entender las posibilidades que nos ofrece.
