El juicio se celebra esta semana con un jurado en la sede de la Audiencia Provincial de Baleares. La Fiscalía pide una pena de 12 años de prisión para un hombre portugués de 79 años, acusado de apuñalar a la víctima con unas tijeras en el cuello la noche del 20 de septiembre de 2019.
En el interrogatorio de este lunes, el hombre sostuvo que la muerte fue accidental y en defensa propia. Contó que la víctima fue quien le atacó con una botella y que él, para defenderse, cogió unas pequeñas tijeras de aseo personal que tenía sobre la mesa. Según su versión, se produjo un forcejeo en el que las tijeras terminaron clavándose accidentalmente en el cuello de la víctima cuando ésta perdió el equilibrio.
Los facultativos han corroborado que el arma utilizada fue una tijera, pero han rechazado la hipótesis de la caída. Lo que les lleva a esa conclusión es la trayectoria de la herida, de arriba hacia abajo. Según han explicado, si las tijeras se hubieran clavado al caer, la trayectoria sería de abajo hacia arriba.
Por otra parte, han declarado que un ataque en ese punto rompe venas y arterias, por lo que era una lesión "mortal de necesidad".
Con todo, han señalado que una persona corriente no tendría por qué saber que esa herida sería letal, pero sí sería consciente "un profesional, militar, policía o guardia civil". Cabe resaltar que uno de los compañeros de piso contó que el acusado afirmaba haber sido del Ejército portugués, haber estado en una guerra y saber "dónde tenía que atacar".
Los forenses han explicado también que en la sangre del fallecido había una alta concentración de alcohol, de manera que "se veía mermada su capacidad de respuesta, tanto física como psíquica, pero no anulada".
NO SE PUDO HACER NADA POR SALVARLE LA VIDA
Además, los peritos han declarado que el cuerpo no presentaba lesiones de defensa, y que al margen de la herida que le causó la muerte, el resto eran producto de la cirugía que se le había practicado en Son Espases tras la agresión.
Sobre esto, los dos médicos se han mostrado claros en que no se pudo hacer nada por salvarle la vida, porque cuando llegó a urgencias "había perdido tres o cuatro litros de sangre" y estaba en shock hipovolémico.
En particular, los forenses han detallado que la herida fue lo suficientemente profunda para que los cirujanos tuvieran que abrir el tórax para intentar cerrar alguno de los vasos, pero no pudieron cerrar suficientes, a pesar de las múltiples transfusiones que se le hicieron. "No había posibilidad de que sobreviviera a la lesión que tenía", han asegurado.