El trabajador de un local de Magaluf acusado de causar la muerte a un turista, al sacarlo a golpes del local, ha declarado este lunes, en el juicio por estos hechos, que no pretendía hacer daño al cliente, que falleció días más tarde por un golpe en la cabeza.
Así lo ha expresado en su declaración durante el juicio que se celebra con un tribunal del Jurado en la Audiencia Provincial. En el banquillo se sientan dos hombres, un británico de 38 años acusado de homicidio y un español de 40 años imputado por encubrimiento. La Fiscalía pide 12 años de cárcel por el homicidio y un año y ocho meses al segundo encausado.
La Fiscalía también solicita una indemnización de 10.000 euros para los padres de la víctima, 30.000 para su esposa y 25.000 para cada uno de sus hijos.
El suceso tuvo lugar la madrugada del 27 de abril de 2018, en Magaluf, en el local donde trabajaba el principal acusado, en la zona de Punta Ballena. La víctima es un ciudadano británico de 30 años que se encontraba de vacaciones en Mallorca.
En el interrogatorio, el hombre ha reconocido que propinó una bofetada al hombre, no un puñetazo, pero ha negado que le diera una patada en la cabeza cuando la víctima estaba en el suelo. Según su versión, le golpeó, con la palma de la mano, al verle acercarse en actitud agresiva con los puños en alto, porque pensó que le iba a agredir.
SALIÓ EN DEFENSA DE LA NOVIA DE LA VÍCTIMA
En concreto, el trabajador del local ha contado que, cuando estaba trabajando en la caja, una camarera le avisó de que un cliente había pegado dos veces a una mujer, que resultó ser la novia de la víctima. Por ello, según ha mantenido el acusado, se dirigió hacia el supuesto alboratador para que depusiera su actitud. En un momento dado, siempre siguiendo su versión de los hechos, el cliente se trastabilló y el trabajador intentó agarrarle, y, posteriormente, el turista se le encaró y fue cuando le propinó la bofetada.
En este sentido, el empleado del pub ha insistido en que el hombre cayó al suelo de espaldas, de manera que su cabeza quedaba a unos dos metros de distancia de él. Por este motivo, el procesado sostiene que era "imposible" que le diera la patada mortal. "No hubo patada", ha incidido.
El acusado ha contado que, tras el incidente, volvió a entrar en el bar, y que otras personas fueron a levantar al cliente, pero le dejaron caer. Más tarde, fue otra persona quien le propinó la patada mortal, ha defendido el procesado.
El hombre también ha declarado que no había tenido ningún otro altercado ni conversación con la víctima, y ha lamentado que desde este incidente le llamen "asesino".
VERSIÓN DE LAS ACUSACIONES
La Fiscalía recoge en su escrito que el hombre sacó a golpes y empujones al joven del bar, que le propinó un puñetazo que le hizo perder la verticalidad, y que una vez en el suelo le propinó una fuerte patada en la cabeza. Las acusaciones sostienen que estas lesiones le provocaron la muerte unos días después, el 1 de mayo, y aseguran que el procesado tenía intención de "hacer daño" a la víctima cuando le agredió.
Las acusaciones también señalan al propietario del local por encubrir el homicidio, porque aseguró a la Policía Local y a la Guardia Civil que no sabía nada de la agresión. Asimismo, afirmó que el sistema de grabación del bar estaba averiado.
Por su parte, la defensa del trabajador ha sostenido que no fue su representado quien propinó a la víctima la patada en la cabeza que le causó la muerte días después. En esta primera sesión del juicio, los abogados han asegurado ante el Jurado que en las imágenes obtenidas no se aprecia la comisión de la patada y que un testigo habló de la existencia de "agresores", en plural. A este respecto, han sostenido que fue otra persona quien propinó a la víctima la patada que le causó la muerte.
Tras constituir el Jurado, el juicio ha arrancado al filo de las 13.00 horas de este lunes con la lectura de los escritos de acusación y defensa y la exposición de las versiones de cada una de las partes.