El guitarrista de los Rolling Stones, Keith Richards, ha asegurado que le encantaría que sus hijas esnifaran sus cenizas tras su muerte, tal y como él hizo con las de su padre años atrás. "Yo mismo les daré la pajita", ha declarado a The Mirror el músico inglés, que este próximo 18 de septiembre publicará Crosseyed heart, su primer disco en solitario en 23 años y tercero de su trayectoria lejos de Mick Jagger y compañía.
Richards tiene dos hijas con su esposa Patti Hansen (Theodora de 30 años y Alexandra de 28), así como otros dos de su relación con Anita Pallenberg, Marlon y Angela. En plena promoción de su nuevo álbum, este deseo viene a colación de otro protagonizado en 2007 por el propio Richards, cuando esnifó las cenizas de su fallecido padre. Tras la gran polémica que se montó entonces, Richards habló del episodio en su autobiografía Life: "La verdad del asunto es que después de tener las cenizas de mi padre en una urna negra durante seis años, porque no tuve fuerzas para espacirla a los vientos, finalmente planté un robusto roble inglés para esparcirlo alrededor".
"Y cuando quité la tapa, un hilo de las cenizas se volaron y cayó en la mesa. No podía simplemente limpiarlo, así que pasé mi dedo por encima y me esnifé el residuo. Cenizas a cenizas, de padre a hijo", relata el guitarrista en sus memorias.