Lo jodido y también complicado de la profesión es que a diario uno debe separar lo que es su condición de periodista de la de ciudadano. En ocasiones te enfadas con algunas noticias. A mí se me suele pasar el cabreo en unos minutos. Reconozco que esta semana empecé con al ánimo cruzado y el lunes por la tarde aún andaba mascullando por lo bajini. Pero se me ha pasado o casi. Me refiero a la humillante y bochornosa sesión de porno barato que hemos vivido en el Ayuntamiento de Palma a raíz de los dimes y diretes con Valtonyc de por medio.
Supongo que lo han leído. Aun así se lo resumo: el Ayuntamiento monta una rueda de prensa que pretende ser un espectáculo en el que regidores de Podemos y Més arropan a Valtonyc que larga lo que le da la gana; le apoyan en su cruzada por la «libertad de expresión» y patrocinan una manifa y un «acto político» de apoyo al rapero condenado por enaltecimiento del terrorismo; al día siguiente el PSIB por boca de José Hila se desmarca del sarao; luego el alcalde Toni Noguera dice que la cosa no es patrocinio ni apoyo del consistorio; y al final la regidora podemita Aurora Jhardi —la quitaterrazas a la que cazan con sus amigas en las terrazas—asegura que no son actos promovidos por Cort.
Todo es una puta falacia, así de claro.
El alcalde Noguera ha permitido que su partido y Podemos monten el numerito. El domingo pasado se envió la convocatoria de la rueda de prensa remitida por el Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Palma y con membrete de Cort en la que se citaba a los medios. Así rezaba textualmente: «El concejal de Igualdad, Juventud y Derechos Cívicos, Aligi Molina, y representantes de los tres partidos que conforman el equipo de Gobierno mostrarán su apoyo al rapero Valtonyc. Valtonyc explicará las actividades y movilizaciones que tiene programadas su grupo de apoyo». Valtonyc compareció en la sala de prensa del Ayuntamiento arropado por un grupo de regidores que posaron con carteles de la manifestación y del «acto político». En el acto estuvo la regidora de Més, Neus Truyol, responsable de Emaya. Tras la rueda de prensa, Truyol tiene en su haber el dudoso mérito de haber llevado la basura de las calles de Palma al interior del Ayuntamiento. Cuando la prensa informó de ello se montó el jari.
El podemita Aligi Molina cargó en su cuenta de Twitter contra los medios. Por lo visto el titular de Diario de Mallorca — Cort llama a la movilización el sábado a favor de Valtonyc y de los derechos humanos civiles y políticos— fue de su agrado. No así el de otros medios. Por ello nos regaló parte de su sabiduría de viejo libro marxista —de esos manoseados, manchados y que huelen a pipí como una revista guarra en un talego argelino—: «la extrema derecha indignada por la defensa que hace Cort de los derechos civiles y políticos en este país». También dejó caer que eso de que el Ayuntamiento promocionaba el acto con dinero público era un «invento», aseveración que acompañó con los emoticonos de unos bonitos unicornios multicolores.
Sr. Molina, es usted un cínico además de un mentiroso. Si el Gabinete de Prensa dedica parte de su tiempo a preparar la convocatoria, si se utiliza una sala del consistorio con los gastos que ocasiona, y si usted y sus compañeros emplean parte de su jornada laboral en el paripé, entonces sí que la tontería se ha pagado con dinero público. Poco o mucho, me da igual, pero dinero que ponemos todos los ciudadanos de Palma mediante el pago de impuestos y tasas. Es también un sectario porque es incapaz de entender que, como regidor del equipo de Gobierno municipal, representa usted a todos los ciudadanos de la ciudad, a los que creen que Valtonyc es un mártir, a los que creen que debe ingresar en prisión y a los que les importa un carajo lo que le pueda pasar. Es usted como un señorito de cortijo que cree que puede hacer lo que le dé la gana y que, en su caso, utiliza el Ayuntamiento con intereses estrictamente personales y partidistas. Padece usted del gran estigma de buena parte de la izquierda radical: la pretendida superioridad moral. Cree que sus ideas son las únicas, las correctas. Todo aquel que disienta es automáticamente enviado a ese cajón de sastre en el que todo cabe y que llaman extrema derecha. Si el ego pudiera mesurarse en quilos usted sería como el Gordo Cabrón de las películas de Austin Powers, obeso como él —en lo de cabrón no entro, no le he tratado en persona—, pero, sin duda, menos entrañable. Esa superioridad moral de la que hace gala con pompa y boato perrofláutico le lleva —y no ha sido la primera ocasión— a corregir y censurar a los medios de comunicación. Supongo que insultar a los medios que no publican las noticias en la manera en la que a usted le place le resultará de lo más democrático. Pues se va a tener que joder, aquí no tenemos —de momento— ni el Granma ni el Pravda, tenemos al Balears y va que chuta.
Sr. Molina, hace algunos años escribí un artículo de opinión en el que le llamé gilipollas a raíz del glorioso asalto a la Consellería de Educación de Rafael Bosch en los tiempos de la legislatura de José Ramón Bauzá. Aquello fue como el asalto al Palacio de Invierno en versión de alpargata. Entonces yo no sabía ni su nombre y no imaginaba que acabaría de regidor y que le pagaría su sueldo con mis impuestos. En estos momentos no volvería a llamarle gilipollas. Creo que con lo del párrafo anterior es suficiente.
Dejemos a Aligi Molina y vayamos con los otros. Desde el Ayuntamiento también se nos ha hecho saber que informar del asunto sin «rigor y veracidad» nos resta credibilidad. Otros que van dando clases de periodismo y de libertad de expresión. Aquí lo que sucede es que a Noguera le vamos a tener que regalar unas botas de agua porque no puede evitar meterse en todos los charcos que encuentra a su paso. Si es necesario se aparta del camino para pisarlos. Es responsabilidad del alcalde pisacharcos todo lo acontecido. Es lo que tiene estar al mando. Noguera ha ordenado o permitido que se utilicen medios públicos para apoyar y patrocinar a un condenado por la Justicia. Hubiera sido censurable, también, que hubieran patrocinado un acto de una entidad proabortista, o provida, o que hubieran dado voz a Espinete, que anda hecho polvo porque lo discriminan por ser erizo, rosa y gay. Los regidores y el alcalde pueden apoyar lo que les dé la gana, y lo pueden hacer como personas y dirigentes que son, pero siempre en el ámbito de sus partidos políticos. ¿Qué Més y Podemos apoyan a Valtonyc? Pues muy bien, que hagan la rueda de prensa en la sede de su partido, en la calle, o en un mingitorio si les apetece. No es mi problema. El Ayuntamiento puede y debe apoyar como institución aquellas causas en las que haya consenso político y que resulten nobles y necesarias para el bien común de los ciudadanos. Y de ninguna manera pueden arrogarse la voluntad del pueblo. Que a fecha de hoy tengamos que recordar que pueblo, partido y gobierno son tres cosas diferentes, nunca coincidentes salvo en las dictaduras, resulta bochornoso.
Tampoco puede irse de rositas en este asunto el PSIB-PSOE de José Hila, que tardó lo suyo en manifestarse y echar balones fuera. Supongo que lo de patrocinar a un tipo que se burla de Publio Cordón y de Miguel Ángel Blanco le debe reconcomer por dentro, muy, muy en el fondo del alma. ¿Qué dirían de su tibieza sus compañeros socialistas Ernest Lluch, Gerardo Casas, Fernando Múgica o Fernando Buesa, entre otros? Nada, porque están muertos. Hila carece del aplomo y de la dignidad para mandar al guano al tripartito de Cort porque prefiere mantener la silla, aunque ello suponga tragarse la pila de inmundicia que otros vierten sobre la memoria de los que se jugaron el tipo y perdieron la vida para que pudiéramos vivir en un país mejor. Qué lástima ver a un PSOE que ha olvidado a sus muertos.
Imagino que la columna de esta semana me condena —una vez más— al inframundo de la caverna mediática. Les podría soltar una retahíla de improperios al respecto. Pero esa es otra historia…





