El PSOE ha pedido que los dirigentes imputados en casos judiciales no vayan en listas, una medida que afecta directamente al presidente del Consell d'Eivissa, Xicu Tarrés. En este caso, la propia dirección socialista de Balears ha dicho que Tarrés tiene que continuar encabezando la candidatura ya que confían plenamente en su inocencia. Nadie duda de que Tarrés sea inocente, pero no conviene olvidar que la Audiencia Provincial ordenó proseguir la investigación sobre él cuando los fiscales de Eivissa tenían unas ganas locas de dar carpetazo al tema de "Eivissa centre". Por lo tanto, hay indicios de posibles delitos por parte de Tarrés, según las tesis de la Audiencia, un motivo más que suficiente para que los socialistas se replanteasen sustituirlo al frente de la lista del Consell d'Eivissa, pero Tarrés no será apartado como candidato. Aquí se producen dos contradicciones. Primera, que el PSOE diga públicamente que no quiere imputados en sus listas y posteriormente haga excepciones por cuestiones de interés electoral. La segunda contradicción, que el PSOE sea tan riguroso en casa ajena y tan flexible en la suya. No conviene olvidar que en muchos casos -Rodríguez es uno de ellos- el PSOE ha pedido responsabilidades políticas cuando no existía ni una imputación judicial. Por lo tanto, el discursito ético de los socialistas estaría bien si se aplicase a rajatabla, como ha hecho Bauzá en el PP con bastantes problemas internos.
