La fachada fantasma

Llevo mucho tiempo oyendo a políticos de una parte y de otra hablar de la “Façana Maritima de Palma” fue el otro día cuando hablando con mi querida amiga Pepa nos pusimos a debatir  la imagen de Palma hacia el mar.

Hagamos un repaso rápido de ella. Entras a la ciudad vía autopista desde el aeropuerto  lo primero que te encuentras es el “mamotreto” inacabado. Un edificio horrible, fantasmagórico, herencia de las políticas pasadas de un señor. Si fuera por mí, un petardo y una vez en el suelo seguro que la chatarra nos daba al menos para pagar parte de lo que nos ha costado. Seguimos avanzando hacia el centro y nos encontramos otro barco a la deriva. Un edificio que gozó de esplendor hace años y que ahora es un juguete roto en un desván.  “Camina que caminaràs”   encontramos la joya de la corona, el parque del mar coronado por la Seu y La Almudaina como si fuesen Don Quijote y Sancho frente a unos fantasmas gigantes.

Si hacemos casos a los políticos, hasta aquí sería la  “Façana Maritima”  pero esto no es así queridos señores. Poco  después de esta primera descripción, se extiende lo que no se puede clasificar. Un sin fin de kilómetros de esperpentos, como los molinos de es Jonquet que son una vergüenza, cada año cuando veo imágenes tomadas desde las instalaciones del RCNP durante las Copa del Rey de Vela, veo un fondo sucio, abandonado… una imagen que da vuelta al mundo. Seguimos y encontramos una fila de edificios decadentes, sucios… rematados con una retahíla de negocios sacados de “Cuéntame” … y qué decir de los locales de copas, con ofertas de “happy hour”  y que cuando caminas te asaltan los ticketeros  invitándote a chupitos.

Si no fuera por edificios como el Auditorium, Hotel Bellever, Palas Atenea, Gran Melia Victoria y las remodeladas Titos y Pacha sería una zona absolutamente  degradada. Pero donde miles de personas pasan diariamente. Cualquier ciudad del mundo se daría  golpes en la cabeza  al ver lo que tenemos y como lo tenemos. Un paseo marítimo lleno de megayates a la altura de  Mónaco o Saint Tropez … pero que cuando la gente de estos palacios flotantes desembarca y deciden adentrase en él,  solo se encuentran una repetición de locales rancios, sin vida, y que exceptuando alguno que aporta un poco de luz, el resto es totalmente oscuro y tenebroso.

Está muy bien que el Borne sea la Milla de Oro, pero no criticaré, voy a aportar una idea, que no sé si es buena o mala, pero aquí la dejo escrita. ¿Y…si hacemos un “putupum” al inacabado palacio de congresos; vendemos la chatarra a peso, que seguro que nos dan unos cuantos cuartos, sumamos el presupuesto que falta para acabar con este mausoleo y lo invierten en hacer una nueva versión del “Pla Mirall”? Aunque esta vez, que se dediquen los recursos al Paseo Marítimo para limpiarlo  de arriba abajo y a darle una imagen renovada. Porque señores míos, lo dicho, la “façana marítima” no acaba en el Baluard si no que brazos se alargan hasta Porto Pi.

Tommy Ferragut

 

 

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