Son casi las ocho de la tarde, es lunes y estoy en mi despacho. A estas horas del lunes en que escribo y mando este comentario, aún no ha empezado la reunión de la “Cúpula” del Partido Popular, por lo que desconozco si hay nueva escuadrilla de gaviotas que lucen en el azul del cielo. Lo que sí sé y sabemos todos los que lo queremos ver, es que ni la Gaviota de Pepe ni del Pepé vuelan, por lo menos en Palma.
Tras los últimos acontecimientos acaecidos en en el seno del Partido Popular en Palma, en los que han aparecido indicios que hacen pensar que a la gaviota puede que le guste la carroña, como a cualquier ave de rapiña, muchos alevines y otros no tanto que están en el nido, se han apresurado a tomar posiciones. Unos han sido desalojados del nido y otros que siempre fueron alimentados en el mismo cesto, lo han abandonado apresuradamente para ponerse a buen recaudo, a cubierto vamos.
Todos los que son, los que están y los que se apartan han contribuido a travestir a la “gaviota” y han permitido que se convirtiese en carroñera. Con la sonrisa imborrable en el pico, han contribuido a que el “pájaro” siguiera poniendo sus huevos durante muchos años. De paso, también han colaborado a la hora de cargarse a buenos y reconocidos gestores o los han apartado a un lado.
Se supone, que la viejas glorias no van a regresar ni serán reintegradas, por dos motivos o porque miraron a otra parte cunado les convenía, o porque ya no les queda fuste suficiente para convencer. Mejor será pues que se vayan a casa cuanto antes. La viejas glorias siempre serán eso Glorias y viejas.
La gaviota puede regenerar, es capaz de remontar porque tiene capacidad y empeño en hacerlo, pero dejando todo el lastre en tierra, incluidos ciertos jóvenes polluelos, algunos de los cuales con el tiempo, pueden acarrear alguna desagradable sorpresa. Ojo a la hora e escoger, mucho cuidado con el lastre y dejen la pista de despegue libre de obstáculos y de perros del hortelano.
Por lo demás espero que haya resultado una “Cúpula” muy feliz y acertada”
