JAVIER MATESANZ.- El incombustible y octogenario Clint Eastwood continúa dirigiendo a buen ritmo, y cuando aún resuenan en nuestra memoria reciente los ritmos de su musical Jersey Boys, se estrena su nuevo film, El francotirador, inspirado en un personaje real que participó en cuatro misiones de la guerra de Irak, donde se convirtió en pieza clave para la seguridad de sus compañeros, hasta el punto de ganarse el apodo de Leyenda.
Bradley Cooper, que interpreta al personaje principal de este drama bélico, es un francotirador de milimétrica precisión que es enviado al frente para proteger a sus compañeros de ejército y garantizar el emblema de los SEAL: “no dejar a ningún hombre atrás”. Pero su fama trasciende las líneas enemigas y los insurgentes acaban poniendo precio a su cabeza. Y no sólo a la suya, sino también a la de su familia a miles de kilómetros, en territorio americano. Dos frentes imposibles de cubrir: el de héroe en el campo de batalla y el de padre de familia desde la distancia. Y es que al finalizar el conflicto y volver a casa, descubrirá que lo único imposible de dejar atrás es la guerra.
