Tal y como afirma mi buen amigo Javier Olona, las redes sociales son un gran invento si se saben usar. La praxis cotidiana de su lectura nos invita a pensar que el descubrimiento genera más dudas que admiración, aunque reconozcamos que, en vez de proyectarse sobre ellas, muchos periodistas se nutren de lo que allí se vierte.
Maheta Molango parece un ferviente usuario, aunque debería meditar un segundo antes de cada una de sus apariciones y, de paso, limitar su presencia permanente tanto para agradecer a la directiva rival la comida que le han ofrecido, como para emitir sentencias que difícilmente caerán bien en un vestuario.
Si quienes rodean al primer ejecutivo del club supieran algo de fútbol y les moviera una verdadera vocación de servicio, ya le habrían aconsejado frenar su excesivo protagonismo. Pero sobre todo le dirían que escribir que “lo de ayer es inaceptable”, en referencia a la actuación del equipo en Soria, equivale a perder de inmediato la empatía que pudiera tener con los jugadores quienes, como humanos que son, admiten cualquier crítica profesional siempre que no se haga pública.
El abogado suizo peca de inexperto en más cuestiones. Por ejemplo cuando en una radio explica que “si fuera mejor gestor de lo que soy tal vez trabajaría en un club más grande que el Mallorca”. Sospechábamos que no es Monchi, ni Mendes, ni Quilón, pero la sinceridad no consiste en soltar lo primero que a uno le pase por la cabeza en cualquier momento y lugar, sino en no mentir cuando uno decide abrir la boca o es requerido para que lo haga.
No está de más recordar, que el club no ha cambiado de presidente, ni de director deportivo, ni de embajador, ni de nada, salvo de algunos jugadores y el cuerpo técnico. Le guste o no, Molango está más solo que la una y lo peor es que, seguramente, no se da cuenta.





