Las obras del aeropuerto de Palma continúan y lo harán aún “hasta finales de 2026”, pero Aena asegura que el próximo verano el pasajero dejará de notarlas. El vicepresidente ejecutivo de la compañía pública, Javier Marín, ha garantizado este lunes que la experiencia del usuario en Son Sant Joan será ya “normalizada” en la temporada alta de 2025, aunque los trabajos no concluirán hasta 2027.
La declaración ha llegado tras una visita al aeródromo de los consellers de Movilidad, Empresa y Trabajo. Sobre el papel, se trataba de una inspección institucional; en la práctica, una visita incómoda para Aena, que ha afrontado la que probablemente sea la remodelación aeroportuaria más cuestionada de España en los últimos años. Pocas infraestructuras han acumulado tantas quejas de pasajeros, trabajadores y ciudadanos como Son Sant Joan durante este periodo de reformas. Pasillos improvisados, desvíos caóticos, ruido constante y denuncias de falta de seguridad laboral.
Marín ha defendido la actuación, recordando que ya se ha ejecutado el 70 por ciento del proyecto y pidiendo disculpas: “Era una obra necesaria y permitirá prestar un servicio acorde a lo que Mallorca merece”.
SEGURIDAD EN OBRA Y VIGILANCIA
Pese al tono institucional y a la satisfacción mostrada por la inversión —casi 600 millones de euros— el Govern ha marcado perfil. El conseller de Vivienda, Territorio y Movilidad, José Luis Mateo, ha reconocido avances, pero ha dejado claro que la seguridad seguirá bajo lupa. “Seguiremos vigilantes”, ha afirmado, recordando que el Ibassal realiza inspecciones mensuales para garantizar condiciones adecuadas para los trabajadores y que ya se corrigieron deficiencias detectadas previamente en materia de prevención.
Mateo ha insistido en que el aeropuerto “no es una infraestructura más”, sino “parte de nuestra casa”, y ha vinculado la obra no solo con la calidad del servicio turístico, sino con la imagen de Mallorca. “Queremos un aeropuerto a la altura del destino y de sus residentes”, ha subrayado.
LOS TRABAJOS PENDIENTES
Aena ha detallado que, aunque la imagen del aeropuerto será la de un espacio plenamente operativo de cara al verano de 2025, aún queda un volumen importante de obra técnica por ejecutar. Entre las actuaciones previstas se incluyen la incorporación de nuevos fingers para el embarque directo desde la terminal, la creación de un núcleo vertical para mejorar la distribución de pasajeros antes de los filtros de seguridad y la reforma integral del módulo D, que permanecerá cerrado durante el invierno para intervenir en techos, climatización, luminarias y conducciones internas.
Además, se construirá una segunda pasarela de conexión entre el aparcamiento y la zona de llegadas para evitar los cruces entre peatones y vehículos que actualmente se producen a nivel de calle. La idea es que, cuando llegue la temporada alta, el recorrido del pasajero ya sea el definitivo y cualquier trabajo pendiente quede fuera de su vista.
PARKING, TRANSPORTE Y COGESTIÓN
Más allá del hormigón y las pasarelas, el Govern ha aprovechado la cita para recordar que los deberes no acaban en el interior de la terminal. La conselleria ha reiterado la necesidad de introducir mejoras en el aparcamiento del aeropuerto para facilitar el uso por parte de residentes, un colectivo que, subrayó Mateo, es el que más frecuenta Son Sant Joan durante todo el año.
También ha insistido en la coordinación para la futura estación ferroviaria que conectará la infraestructura con la línea a Llucmajor, y que se considera uno de los proyectos clave para reducir la presión sobre los accesos por carretera. Sobre la cogestión aeroportuaria, el mensaje fue medido, “no era el objeto de la visita”, pero sigue en la agenda política. “El aeropuerto lo usamos y lo sufrimos los residentes más que nadie”, recordó Mateo, reclamando un trato diferenciado para una infraestructura que Mallorca siente como propia.








