El permanente estado de contradicción y de metedura de pata del gobierno de estrellas y gestos de Sánchez ha acaparado redacciones y rotativas durante todo el verano. El poco espacio que ha dejado ha sido ocupado por el repetido vertido de aguas fecales que está afectado a la práctica totalidad de puertos y bahías de baleares. En realidad, han arrastrado a un segundo plano al resto de noticias.
El cisma creado en las oposiciones de auxiliares de la Administración autonómica por múltiples irregularidades en los contenidos ha tenido su punto álgido con el conflicto de los exámenes de informática. Dos colectivos de aspirantes se encuentran enfrentados por los errores en los ejercicios. Los que han aprobado luchan por mantener su situación. Los que no han pasado el corte exigen repetirlo. El elemento de enfrentamiento se encuentra en los fallos en el enunciado de las preguntas. La responsable política, la consellera Cladera opina que los errores se deben a la falta de hábito.
Todo lo contrario que en sanidad. Tienen tanta experiencia en convocar oposiciones sin rigor que no completan ninguna convocatoria sin su correspondiente corrección de errores. Que por otro lado, no siempre aciertan a la primera rectificación.
Sin embargo siempre se puede dar un paso más. Esta semana se están completando las convocatorias a concurso oposición a distintas especialidades médicas con una rectificación camuflada en la que, una vez cerrado el plazo, lo reabren con la peregrina excusa de la sectorización y el nombramiento de los miembros del tribunal. No es de recibo que sin haber hecho público el listado de los presentados en tiempo y forma se abra nuevamente el periodo de presentaciones.
Pero en realidad, lo que cuidan con esmero, es la ubicación de los facultativos de cabecera del Govern en los tribunales cada especialidad y no reparar en otras menudencias. ¿Para qué más? Convocatorias que no se entienden ni cuando se explican, farragosos procedimientos administrativos de reclamación para un profesional de a pie y control estratégico en la definición de tribunales es suficiente para unos discípulos aventajados del antiguo PSUC. Siempre les queda la opción natural de convocar las oposiciones dos veces.
Atribuir las disfunciones del departamento de Recursos Humanos deI IB Salud al estropicio provocado por la “pijopanda” sería retrotraerse a la prehistoria. Hay demasiados aspectos que no son razonables. No es una anécdota que algunos técnicos de alto nivel estén invirtiendo su tiempo en la instrucción de expedientes a algunos profesionales con motivaciones poco claras, que no esté resuelta la evaluación de Carrera Profesional del 2016 y que se extienda la percepción de descontrol y falta de rigor en los procedimientos administrativos de los concursos oposición. Se augura un otoño caliente. Al tiempo.
