Afortunadamente, ya no queda dinero para dilapidar en las autonomías, con lo que las promesas se van a quedar en promesas incumplidas. Menos mal. Porque si se hace un recorrido por las cosas que nuestros políticos autonómicos están anunciando por España nos podemos quedar de una pieza y, por supuesto, España hecha unos zorros. Ustedes verán: en Madrid, donde Esperanza Aguirre tiene bastante controlado el gasto, en un arranque patriótico, ha prometido que con devolver el piso quedará pagada la hipoteca. En Baleares, el candidato popular ha propuesto bajar el IVA turístico y el de las embarcaciones de recreo. Ni lo uno ni lo otro son competencias autonómicas; ni lo uno ni lo otro puede legislarse descentralizadamente y, además, no habría dinero para abordarlo. El IVA turístico no existe, sino sólo el que grava algunas actividades relacionadas con este sector y, en ese sentido, la decisión de modificarlo, la debería adoptar el Ministerio de Hacienda y afectaría a todas las autonomías, excepto Canarias que sí tiene fiscalidad propia, fuera de la Unión Europea.
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