Ayer fue mi cumpleaños y como las grandes divas no confesaré mi edad pero os diré que estoy entre los 30 y los 41 así como quien no quiere la cosa. Cuando un gay supera la cuarentena es un buen momento para hacer balance de lo que hay, lo que no hay, los que están y los que se fueron.
Lo más importante aparte de la propia familia es la familia escogida que la conforman los amigos, ex novios y mariliendres varias que siempre están cerca, apoyando y dando cariño ahí donde no llega la familia. Para un gay los amigos más íntimos son como hermanas (en mi caso hermanas, primas, hijas y mamis) Aunque la familia de sangre quiera nunca podrá entenderte como puede hacerlo un amigo que ha pasado por lo mismo que tú. Muchos gays que hoy llevamos una vida dentro de la más absoluta normalidad hemos pasado un proceso a veces duro y en la mayoría de casos nos apoyamos entre nosotros y así conseguimos salir adelante mucho más fuertes, sabiendo que no estamos sólos y que cuando nos caigamos siempre tendremos a alguien que nos ayude a levantarnos.
Además muchos gays nos vamos haciendo mayores y como no somos Presidentes del Gobierno no tenemos a un Aznar que nos obligue a casarnos y a veces la soledad mal llevada puede convertirse en un fatal enemigo con el paso de los años. Recuerdo que cuando vivía en Madrid había grupos de gays cercanos a la tercera y a la cuarta edad que se reunían día si día también en bares de Chueca como el Café Figueroa y a muchos de ellos te los encontrabas por la noche en el Black and White o el Rick's viviendo la vida y apurando al máximo. Aquí en Palma tenemos el Status Bar en Gomila que es punto de encuentro de gays centenarios y donde se reúnen grupos de amigos que han vivido mucha vida y de los que tenemos mucho que aprender.
Yo puedo decir que tengo la mejor familia escogida del mundo y que no sabría que hacer sin mis 80 mejores amigas que me aguantan, me quieren, me dan la felicidad y le dan sentido a mi vida. Espero hacerme mucho más mayor a su lado y dando guerra.