Hacer un “calvo” se ha convertido hoy en día en un modo más de protestar, tal y como demostraron ayer los trabajadores de ambulancias, quienes nos mostraron, en algunos casos su ropa interior (ya que pensaban enseñarla podían haber lucido modelos más glamourosos, en honor a todos los que, quisieran o no, se toparon con sus traseros) y en otros, esa parte de su cuerpo desnuda, que, la verdad sea dicha, tampoco es que tuviese nada que admirar. Pero, hecha esta salvedad, no entiendo esta forma de protestar y menos en un colectivo de trabajadores que si debe ser algo es serio. Hay muchas formas de expresar su malestar, pero tirar ropa y mostrar una parte de su anatomía no creo que sea la más adecuada, porque a veces con estos gestos, que quedan muy bien de cara a la galería, que sirven para echar unas risas y para salir en la foto, lo que se consigue es restar seriedad a la protesta. Y si no me creen, miren la prensa de hoy. ¿Cuál es la foto elegida? Naturalmente, la de los “calvos”, pero ello conlleva que hoy las reivindicaciones han quedado aparcada y sobre lo que la mayoría habla es de lo adecuado o no de la ropa interior y de los traseros al aire. ¿Y quién se acuerda del conflicto?





