La polémica campaña puesta en marcha por el Consell de Mallorca, “Desmuntant Sant Valentí”, con ‘mannequin challenge’ incluido, es algo difícil de calificar e incomprensible que nuestros gobernantes se dediquen a asuntos tan ridículos cuando son tantos los problemas que afectan a los ciudadanos. La institución insular vincula la tradición de San Valentín a la violencia de género y cree que contribuye al mito del amor romántico, creando relaciones afectivas descompensadas y peligrosas, limitando el amor a una sola forma de amar, en ocasiones alejada de la vida real.
Una vez más, la polémica campaña surge de un departamento gestionado por Podem, el de Participación Ciudadana y Presidencia, que a falta de tareas más importantes se dedica a trasladar a los ciudadanos sus complejos, imaginando cómo la gente interpreta San Valentín y llevándolos de la mano como si fueran incapaces, para a través de un intervencionismo moral muy preocupante, pretender derribar mitos que solo existen en su imaginación. Lo próximo quizás sea atacar el Día del Padre y el Día de la Madre.
Cuando la mayoría de personas adultas piensa que San Valentín solo es una cita proclive al consumismo, con agresivas campañas comerciales para hacer regalos y pasar fines de semana en un hotel con spa, Podem nos viene a abrir los ojos para que veamos que realmente quienes celebran el día de los enamorados son machistas que perpetúan el patriarcado. Increíble.