Por lo visto ya se le ha puesto un coste empresarial a tener “estúpidos” en los trabajos. La firma de talent, Cornerscore On Demand, lo valora en 12.800 dólares.
Minan la moral del resto de trabajadores, espantan a buenos profesionales, acosan a sus compañeros, provocan estrés, etc.
Bueno, si los estúpidos ya tenían mala fama, ahora al cuantificar sus daños, los hacen todavía más repulsivos. Pero, ¿quién contrata a un estúpido? Otro estúpido quizás, o los estúpidos tienen la habilidad de pasar los más férreos controles de acceso a puestos de trabajo, ocultando su estupidez.
Ya lo ventenemos, estúpidos, gente que contrata a estúpidos, y para que nos demos cuenta de esta “angustiosa” situación, una Consultora de renombre ha hecho un meritorio y arduo trabajo de campo, porque en el mismo estudio afirman haber analizado a 63.000 empleados, y cazaron a muchos estúpidos ( si se hubieran metido con los politicos, también los hubieran pillado en masa)
Pero miremos a nuestro alrededor, o mejor todavía , pensemos en un día cotidiano, en ese individuo al que saludamos en el ascensor y ni nos mira, en esa chica en el autobus que vé a una anciana y ni se le ocurre por un momento dejar su asiento, en ese descerebrado que nos hace un adelantamiento temerario por la carretera, o a esa mujer que se cuela en la cola del cine.
Todos esos estúpidos o parte de ellos trabajan y lo sabemos, por lo cual, tampoco nos debemos extrañar de ello.
Quizás para terminar tendríamos que hacer el inciso en que provoca tal estupidez, la falta de una buena educación, la permisividad de los padres, el ejemplo que ven en la television. Porque ahora va en serio, acuérdense del principio de este artículo: “Un estúpido=12.800 dólares”.
Este páis no está para estos derroches, por lo que, o terminamos con los estúpidos o ellos acabaran con nosotros.