El RCD Mallorca asume la nueva situación derivada del descenso y se prepara a jugar la próxima temporada en Segunda División B, una categoría con personalidad propia y características especiales a las que necesariamente hay que adaptarse, por más que sea doloroso y por más que sea difícil. No se puede vivir de lamentos y recuerdos de tiempos mejores y corresponde asumir la realidad y actuar para lograr disponer de una plantilla de jugadores y un cuerpo técnico competitivo y a partir de ahí, paso a paso, ganar partidos y situarse en la parte alta de la clasificación para tener opciones de volver a Segunda División.
Desde este punto de vista hay que observar con buenos ojos y con esperanzas los fichajes por un lado de Vicente Moreno, entrenador que conoce perfectamente la categoría y de solvencia contrastada. Y por otro lado al delantero Abdón Prats, un hombre salido de la cantera del club y cuyo papel será determinante para marcar goles, que es de lo que se trata.
Maheta Molango aprende rápido de sus errores y sus primeras decisiones en este nueva etapa parecen obedecer a que no puedan volverse a repetir las críticas que insistentemente se le hicieron la temporada pasada. Se le reprochó que fichara jugadores sin raíces mallorquinistas y ajenos al club. Y también que no trajera un “nueve”, un delantero eficaz que resolviera el gran problema de la falta de goles que atenazó al equipo durante toda la competición.
Pues bien, Maheta trae un delantero plenamente mallorquinista para que sea el goleador que el equipo necesita y que la afición demanda para volver a recuperar la ilusión en un club y en un proyecto deportivo que necesita de los mallorquinistas tanto como los aficionados al equipo. Quizás más que nunca
