Baleares ha vivido un agosto de contraste demográfico, casi como si cada isla hubiera decidido interpretar a su manera el eterno debate turístico. Mientras Mallorca y Menorca han firmado cifras históricas de población presente, Ibiza ha registrado una caída notable y Formentera ha seguido acelerando. El resultado es que el archipiélago, en su conjunto, cerró el mes con una media diaria de 2.005.000 personas, un 0,57 por ciento menos que el agosto anterior. Una ligera bajada que algunos celebran como síntoma de “contención turística”, y otros interpretan como “más ruido que nueces”.
Según el Indicador de Presión Humana (IPH) publicado este miércoles, el pico del mes llegó el 6 de agosto, con 2.062.787 personas en las islas, aún por debajo del récord absoluto de 2024. La foto fija de final de mes —1.861.821 personas el día 31— confirma la tendencia a la baja en el global, aunque no de forma homogénea.
MALLORCA Y MENORCA EN MÁXIMOS
Mallorca sigue siendo la locomotora humana de Baleares. Este agosto alcanzó su máximo histórico de presencia simultánea con 1.492.531 personas, un 0,14 por ciento más que el año anterior. La media del mes también rompió techo: 1.454.854 personas (un 0,36 por ciento más). Es decir, récord por partida doble.
Menorca, más discreta pero igualmente en ascenso, firmó su mayor saturación registrada: 230.833 personas de pico, y una media de 218.946, un 0,3 por ciento más. Que nadie diga que no contribuye al verano de “pleno suave”.
IBIZA LEVANTA EL PIE DEL ACELERADOR
La anomalía del mapa es Ibiza. Allí, la presión máxima cayó un 4,5 por ciento respecto a agosto de 2024, situándose en 316.843 personas. La media mensual descendió un 5,9 por ciento y se quedó por debajo de la barrera simbólica de las 300.000. En otras palabras: menos gente, menos ruido, y quizá —dirán algunos empresarios— menos caja.
Formentera fue en dirección contraria: subió un 3,7 por ciento tanto en su pico (35.729 personas) como en su media (33.893). Aun así, sigue lejos del famoso agosto de 2017, cuando la pequeña Pitiusa practicó el “festival humano” con casi 41.000 personas.
EL GOVERN CELEBRA LA TENDENCIA...CON MATICES
El Ejecutivo autonómico ha sacado pecho. Por segunda vez desde que hay registros —y obviando el año pandémico—, la presión humana máxima cae de forma consecutiva en junio, julio y agosto. Un dato que el Govern traduce como “éxito de la estrategia turística” y prueba de su apuesta por “crecer en valor, no en volumen”.








