Dicen que los palmesanos son unos sosos a los que no les gusta salir de casa, pero esto es una gran falsedad. Cuando hay acontecimientos que valen la pena, los residentes de Palma salen de sus casas para disfrutar de la ciudad. La Nit del Art es un ejemplo y cada año miles de palmesanos disfrutan de la apertura masiva de las galerías de arte, lo que significa ambiente, consumo en bares y, sobre todo, dar vida a una ciudad que lo necesita como el oxígeno. Los políticos deberían tomar ejemplo de esta iniciativa y si de verdad quieren potenciar el turismo repetir la experiencia con historias similares. La ruta martiana es otra manera de vivir la ciudad, pero podrían crea la Nit de la tapa con mayonesa, la noche de las fuentes abiertas o una velada junto al mar. Cualquier excusa es buena para salir de casa y, además, crear ambiente en una ciudad que también sufre la crisis económica.





