Estimados lectores: hoy empiezo mis colaboraciones en este periódico digital. Hasta ayer hubiera dicho que era un medio más, pero como usted se imagina, haber entrado en la nómina de una publicación significa que para mí, hoy, sólo existe este digital que, por cierto, es el mejor que haya visto nunca. (Espero que este párrafo supere la censura que, por cierto, no existe en mallorcadiario.) Yo desprecio bastante a los comentaristas como yo. He tenido ocasión de leer las columnas de quienes desde hoy son mis colegas y, cuando son cuestiones de las que entiendo y dispongo de datos, suele ser como para salir corriendo. Se inventan lo que dicen, no tienen rigor, no entienden y lo peor, no se informan. Y ustedes, con buen criterio, se preguntarán ¿por qué me meto en una actividad de la que no tengo ni idea y que además me parece de poco nivel? Pues tiene dos explicaciones: la primera es que me lo ha pedido mi mujer. Es un motivo chusco pero al final es el decisivo, como casi siempre. (Ya empezamos a hacer política.) Y la segunda razón, buscada de urgencia después de la anterior, es que yo creo que, aunque no pueda hablar de todo, porque no tengo información de todos los temas, sí que tengo principios, valores, ideas que defiendo. Y esto, y aquí sí que me pongo serio, me parece decisivo. En un mundo cada día más post-moderno, donde parece que todo da igual, a mí me preocupan las cosas, lo público, lo de todos, lo que nos permite convivir. Por eso, intentaré no decir bobadas, pero también creo que puedo aportar lo mío. O sea que, gracias por leerme. A ver si terminamos siendo amigos.





