El sábado 6 de diciembre, el público pudo descubrir el belén que la Associació de Betlemistes de Mallorca instaló en la sala s’Aljub de La Misericòrdia. Allí, en uno de los espacios culturales más emblemáticos de Palma, la Navidad empieza con una tradición que se mantiene viva gracias al trabajo minucioso de un grupo de artesanos. La presidenta de la asociación, Margalida Bover, encabeza un equipo que este año ha trabajado a contrarreloj para ultimar el montaje y coordinar los belenes de Cort, el Mercado de Santa Catalina y el Consell de Mallorca.

“Recogemos edificios que todavía existen, aunque algunos ya no. Tenemos fotografías y antecedentes históricos que nos permiten reproducir maquetas con fidelidad”, explica Bover a mallorcadiario.com mientras recorre los dioramas que representan la vida cotidiana de Porto Cristo y Portocolom en el siglo XIX. Barcos mercantes descargando mercancías, carros llegando a los mercados y la actividad diaria de los pueblos mallorquines se reproducen con minucioso detalle.
UNA 'FEINADA' ALTRUISTA
La creación de los belenes comienza meses antes de la Navidad y requiere de un trabajo organizado a lo largo del año. Un equipo de entre diez y veinte personas desarrolla maquetas, figuras y escenas que luego se trasladan y ensamblan en los distintos espacios de exposición.
Esta labor se realiza de manera altruista, sin remuneración individual, aunque la asociación sí recibe subvenciones. “La mayoría ya estamos jubilados y llevamos juntos desde 2001. Cada uno tiene su especialidad y colaboramos según el proyecto”, comenta Bernat Coll, uno de los betlemistes más veteranos de la entidad.
“Hacer un belén es una verdadera ‘feinada’”, añade Bover. Cada figura y cada escena requieren tiempo, paciencia y coordinación. El equipo se organiza según la disponibilidad y el lugar de trabajo: algunos elaboran piezas en sus casas o en otros pueblos, y luego se reúnen para el montaje final. "En los días de instalación participan entre dos y cinco personas", precisa Coll.
LA MAGIA DE LOS DIORAMAS

En La Misericòrdia, el belén se presenta en forma de dioramas: pequeñas cajas con escenas completas que recrean plazas, mercados y momentos cotidianos de la vida mallorquina. Cada diorama puede durar semanas, y algunas figuras de apenas un centímetro requieren minucioso trabajo manual.
“Los dioramas belenísticos que hacemos representan la vida de nuestra isla en Navidad: comercio, artesanía, niños jugando…”, explica Bover, a lo que añade: "Este año, por cierto, habrá diez dioramas distintos, cada uno con su propia historia y detalle".

COORDINACIÓN, LOGÍSTICA E IMPRESORAS 3D
La coordinación entre los equipos de trabajo es clave para que todos los proyectos estén listos a tiempo. "Coordinarlas es un reto, pero tenemos años de experiencia", afirma una Bover que asimismo reconoce: "A veces por un centímetro se puede tardar una semana, sobre todo con los animales, que son los más difíciles”.
Ahora bien, la labor belenista no solo requiere creatividad y paciencia, sino también logística. La encargada de la parte del montaje eléctrico y el traslado de piezas, Rosa Forteza, detalla cómo organizan los materiales: “Tenemos furgonetas para transportar los cajones con cuidado. Todo debe llegar intacto para que el montaje sea perfecto”.
Aunque los belenes siguen elaborándose con técnicas tradicionales, la asociación ha incorporado herramientas como la impresión 3D para resolver figuras —especialmente animales— que resultan más difíciles de modelar a mano. “No se trata de sustituir el trabajo artesanal, sino de complementarlo y facilitar la creación de piezas complejas”, matiza Bover, quien defiende que la autenticidad de los montajes se mantiene intacta mientras se agilizan los tiempos de producción.
LA RECOMPENSA: LAS CARAS DE LOS NIÑOS
Para los betlemistas, la mayor satisfacción llega con la reacción del público. “Lo más bonito son las caras de los niños y de los voluntarios. Ver cómo la gente disfruta y se emociona con el belén es nuestra mayor recompensa”, asegura Bover. Cada figura, cada escenario y cada detalle cuentan una historia que conecta generaciones y revive la memoria de la isla.
Los belenes no solo son arte, sino también una herramienta para transmitir valores y fomentar la participación ciudadana. Entre los detalles más apreciados por el público están los juegos de búsqueda de personajes, como 'es frare' típicamente mallorquín o el Drac de na Coca, presente en el Belén de Cort. “Es una manera de implicar a los visitantes y que miren con atención cada escena. Los niños se divierten y los adultos disfrutan del trabajo artesanal”, comenta la líder de belenistas de Mallorca.

RELEVO GENERACIONAL
L'Associació de Betlemistes también pone especial atención en el relevo generacional, un aspecto que Bover considera “imprescindible para que esta tradición siga viva”. Entre los jóvenes destaca Biel Crespí, el miembro más joven de la agrupación, que empezó a interesarse por los belenes con solo 8 años.
Además, Crespí ha incluido una figura muy ligada al folclore mallorquín: el fraile oculto. Según una leyenda del siglo XVII, se colocaba un fraile escondido para poner a prueba a quienes afirmaban haber visto un belén sin fijarse. De ahí nació la expresión: “Si has trobat el frare, has vist bé el betlem”.
Aunque el interés por los belenes ha crecido en los últimos años, los cursos para jóvenes y la colaboración con artistas locales aseguran a mantener viva esta centenaria tradición. “Hacemos cursos en pueblos como Maria de la Salut, donde los jóvenes aprenden a hacer maquetas y reproducir casas del pueblo. En Palma es más complicado”, explica Bover.
Además del aspecto cultural y artístico, la elaboración de belenes tiene un componente terapéutico. “Cuando estás concentrado haciendo maquetas, estás con gente, haciendo grupo, y eso ayuda mucho”, dice Bover.
LA NAVIDAD 2025 EN PALMA
Este año, los belenes se suceden en diferentes espacios de Palma. El Belén de Cort se inauguró el 21 de noviembre en el vestíbulo del Ajuntament de Palma y podrá visitarse hasta el 5 de enero. El Belén del Mercat de Santa Catalina abrió el 25 de noviembre, mientras que el belén artesanal de la Hermandad del Rocío de Palma se inauguró el 29 de noviembre. La inauguración del Belén del Palau del Consell el 8 de diciembre completará la campaña navideña 2025.
Cada belén tiene su propio enfoque: Cort combina historia y monumentalidad; La Misericòrdia refleja la vida cotidiana mallorquina; y el Consell prioriza la accesibilidad y las escenas abiertas al público. “Queremos que cada persona que visite los belenes sienta la magia de la Navidad, descubra nuestras tradiciones y disfrute de un trabajo hecho con cariño y dedicación”, concluye Bover.





