Desde la organización han asegurado que "este mega-crucero traerá más contaminación y 180.000 cruceristas que se sumarán a la masificación turística que ya sufre la ciudad", lo que afectará "al aire que respiran, especialmente, los barrios cercanos al puerto".
El buque, que tiene una capacidad para 6.360 pasajeros y cuenta con 362 metros de eslora, estará desde abril y hasta la llegada del otoño realizando cruceros de siete noches por el Mediterráneo saliendo de Barcelona como puerto base y haciendo escala en Palma, Provenza (Francia) y Florencia, Pisa, Roma y Nápoles (Italia).
La portavoz del GOB, Margalida Ramis, ha lamentado que "no se tengan en cuenta los impactos medioambientales y de masificación y saturación que implica para la ciudad el hecho de tener entre cinco y seis cruceros diarios" y ha señalado que "se trata de una contaminación que no se ve pero que acaba afectando a la calidad del aire".
Asimismo, ha apuntado que la Isla cuenta con una saturación "que está por encima de su capacidad de carga en términos de recursos, de territorio y de infraestructuras" y ha insistido en que no hay que valorar solo los impactos económicos de la industria turística, porque eso implica "someterse al chantaje de que Mallorca vive del turismo".
De este modo, ha asegurado que la Mallorca "no vive sino que malvive del turismo" y ha reclamado su derecho a decidir sobre "cómo tiene que afectar el puerto a la ciudad", para así "dejar de padecer los efectos negativos" que "afectan a los ciudadanos a nivel territorial y social".
Por su parte, el presidente del GOB, Amadeu Corbera, ha destacado que "es un problema cada vez más evidente", por lo que ha instado al Govern a "debatir sobre los límites y el impacto de este tipo de turismo".
"No queremos declaraciones simbólicas de la presidenta del Govern, Francina Armengol, diciendo que hay mucho turismo. ¿Qué piensa hacer si de verdad reconoce que hay una situación crítica? ¿Piensa actuar en consecuencia?", ha remarcado Corbera.
Finalmente, uno de los asistentes a la concentración, José María Méndez, ha criticado que "cada vez que llega un crucero se desplazan muchas personas y los ciudadanos no pueden ir por las calles", por lo que ha defendido que "está bien que las ciudades tengan turismo pero no turismo de masas".
Varias posturas
Desde el Govern, la portavoz y consellera de Presidencia, Pilar Costa, ya mostró su "máximo respeto" ante la manifestación convocada para este domingo en Palma y defendió que "la gente puede explicar sus opiniones".
En esta misma línea, el PSIB manifestó el miércoles que "siempre" ha respetado las manifestaciones de la ciudadanía y resaltó que "Baleares es una comunidad turística importante".
En cambio, el grupo municipal de Cs en Cort condenó los actos de protesta "preparados por distintas asociaciones de carácter antiturístico" ante la llegada del crucero.
Concretamente, el portavoz de Cs Palma, Josep Lluis Bauzá, expresó en un comunicado que no entiende "cómo se focaliza una acción reivindicativa en un barco que trae personas y familias enteras que vienen a la isla de visita".