El nombre de Pedro Terrasa está en boca de mucha gente pata negra de la sociedad mallorquina y más concretamente del mundo de la política, el deporte y la comunicación. De Terrasa -con una sola ese, como él se ha encargado de aclarar- se habla en los ambientes futbolísticos porque tiene muchas posibilidades de ser el director general del Mallorca con Cladera o sin Cladera de presidente. Se habla también de él en el entorno político y mediático porque es una incógnita su continuidad en el puesto de director general de IB3, un ente cuyo futuro solo está en la mente de Bauzá. Todo hace indicar que Pedro, o Pere Terrasa, acabará en el Mallorca, del que es consejero y accionista y cuya entidad conoce a fondo de la etapa de Mateo Alemany, además de ser una persona apreciada por el máximo accionista. En otros círculos, sin embargo, no descartan que siga en el canal autonómico, pero este es un puesto que cuenta con muchos aspirantes y un devenir incierto. La tele y la radio pública le han dado a Terrasa un lustre social que no le dio el fútbol y que dudo que se lo llegue a dar en el caso de que fiche al final por el Mallorca. Si hubiera dejado la dirección general de IB3, seguro que no habría sido invitado al almuerzo de Alfonso Botín, vicepresidente ejecutivo de Bankinter, con una representación de la flor y nata del empresariado mallorquín, y del que dio cuenta este digital el pasado lunes. Terrasa, Pedro o Pere, está que se sale.





