Este miércoles entra en vigor la reforma del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, sobre el régimen jurídico de los animales de compañía, que pasan de ser considerados como cosas o bienes muebles a seres vivos dotados de sensibilidad.
El presidente de Progreso en Verde, Guillermo Amengual, ha admitido que la reforma es un paso "histórico" aunque ha advertido al mismo tiempo que es algo "decepcionante" desde el momento que deja fuera de la consideración de ser sintiente a todo lo que no son animales domésticos como las colonias felinas callejeras, los animales de las perreras como la de Son Reus (Palma), los perros de caza o los caballos de las calesas.
Amengual ha insistido en que la reforma "llega tarde" desde el momento en que, por ejemplo en Palma, los caballos de las calesas siguen siendo utilizados como cosas o teniendo la consideración de herramientas de trabajo "sin que nadie mueva un dedo".
En relación a la implicación que tiene la reforma que entra en vigor este miércoles en materia de separaciones, divorcios y embargos, el presidente de Progreso en Verde ha resaltado que, en ocasiones, la problemática deriva de un problema de fondo y de que en algunos casos se quiera utilizar a las mascotas, como se hace también con los hijos, "para hacer daño a la pareja".
LEY DE BIENESTAR ANIMAL
La reforma del Código Civil forma parte de la adaptación que el ordenamiento jurídico debe llevar a cabo en todos los sentidos --civil, penal y administrativo-- en virtud del Tratado de Lisboa, que ya introdujo en 2007 que la Unión Europea y los Estados miembro deben atender las exigencias en materia de bienestar de los animales como seres sensibles.
En este sentido, Guillermo Amengual ha lamentado que España siga "a la cola" en materia de protección animal y ha reconocido que no es muy optimista ante la futura norma, desde el momento en que ya está habiendo presiones para dificultar su tramitación. "De las primeras intenciones a lo que finalmente verá la luz poco tendrá que ver", ha advertido.
Así, ha resaltado la presión de los cazadores o la cuestión de los toros, así como las tiendas de mascotas o los delfinarios, ya que se pretende prohibir la compra de animales. "Podría ser una maravilla de ley, pero quedará en poca cosa porque hay muy poca voluntad política", ha concluido.
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