En una reacción absolutamente premeditada, la presidenta del Govern ha encendido las alarmas en VOX y en el PSIB. Este martes en la sesión de control, Prohens espetó a Negueruela una evidencia: los socialistas temblarían en caso de un adelanto electoral, pues les pillaría no sólo en su peor momento a nivel nacional, sino con su ¿líder? exiliada en Madrid, cercada por la corrupción, amenazada por sus lucrativas relaciones con Koldo y absolutamente consumida por el desgaste. El PSIB no es hoy una alternativa a Prohens y el proyecto de Virgilio Moreno carece de los apoyos necesarios, está muy verde. Negueruela no es ni opción en Palma, como para plantearse dar el salto al Consolat. En el PP saben que no hay gobierno más allá del suyo, pero ¿son prudentes unos nuevos comicios para que nada cambie?
El PP no está preparado para superar la frontera de los 30 escaños, las encuestas les dejan en una mayoría simple dependiente (nuevamente) de VOX y, esta vez, sin el diputado de Formentera. En Ibiza no hay mucho margen de mejora, con lo cual precisarían un crecimiento exponencial en la part forana. La formación de Abascal juega en clave nacional y podría complicarle una eventual investidura a la de Campos con exigencias inasumibles. Por contra, unos nuevos comicios acabarían de arrasar a PODEMOS, hundirían al PSIB y convalidarían la gestión de Prohens.
Es difícil atisbar con acierto qué corre por las lúcidas mentes del clan de campos (Prohens, Sebastià Sagreras y Pedro Aguiló Mora), pero en las filas de Armengol la amenaza de elecciones sonó como la campana de la iglesia anunciado un difunto. La aprobación de los presupuestos para 2026 de Toni Costa parece lejana, lo cual podría ser el óbice necesario para dar el pistoletazo de salida a la contienda electoral.
Los de VOX podrían tener que pensárselo dos veces. A pesar de ser una formación en auge por su certero mensaje entre los jóvenes, el partido a nivel autonómico es una entelequia: dividido, sin perfiles de gobierno, devorado por el ego y la absoluta dependencia de los dictados de Madrid. En su contra también juega la falta de un candidato presidenciable y visible que tenga el perfil institucional que pueda vislumbrarse en una vicepresidencia al lado de Prohens.





