Combinemos la falta de dinero con un poco de falta de vergüenza y el resultado es llamativo: eso es lo que ha ocurrido con los gestores del fútbol profesional, que han decidido convocar a las emisoras de radio de España para decirles que desde ahora van a tener que pagar para poder trasmitir los partidos de liga. Las radios, acosadas por la crisis, ni siquiera han aceptado sentarse a hablar, como es lógico. No estamos ante un asunto menor: seguro que usted ha comentado con un amigo o con un conocido un partido de fútbol, una jugada delicada, un fallo arbitral. Y seguro que lo ha hecho sin pagar por apropiarse de un tema privado, de los equipos, por el que no ha pagado derecho alguno. O sea que ya tenemos otro hecho tributable. Como quiera que no podemos estar en cada bar, en cada tertulia, cobrando por estos comentarios, podemos hacer como con los discos duros, las memorias y los cd's, cobrar un plus porque se supone que quienes los usan copian material ilegal. Pues aquí igual: un sobreprecio a los productos de los bares, destinado a la Liga de Fútbol, porque es muy probable que los que toman café terminen hablando del fútbol.
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