La entrevista a Pere Ollers, presidente de la entidad conservacionista ARCA, publicada este sábado, pone de manifiesto una buena dosis de ‘seny’ y de coherencia, por parte de una asociación nada sospechosa de actuar partidistamente y que se ha labrado día a día el prestigio con sus denuncias y su lucha por proteger el patrimonio.
Ollers defiende que el monolito de Sa Feixina reúne elementos que según la Ley de Patrimonio deben protegerse para evitar su destrucción, una voluntad inequívoca manifestada por el equipo de gobierno de Cort. Lamentablemente y con una ofuscación basada en su ideología y sin atender ningún otro argumento que no sean los suyos propios, PSIB, Més y Podem-Som Palma, no han atenuado sus ansias destructoras ni siquiera tras dos votaciones de la ponencia técnica de la Comisión de Patrimonio del Consell de Mallorca, cosa inaudita y de la que no hay antecedentes.
Desde ARCA se advierte de lo peligroso que es que sean los políticos, al margen de los dictámenes técnicos, quienes decidan lo que ha de protegerse y lo que no; o lo que se puede demoler y lo que no. Además, denuncian que hay mucho postureo y que los políticos hablan mucho de proteger el patrimonio, pero que luego hacen muy poco o más bien nada.
De todo lo que sucede podemos y debemos sacar en positivo que una entidad como ARCA continúe defendiendo la conservación de elementos patrimoniales y arquitectónicos que forman parte de la esencia misma de nuestras ciudades y territorios y sin los cuales se perdería buena parte de nuestra historia y de nuestra riqueza. Ante tanta palabrería de políticos que se llenan la boca hablando de cultura y de protección de ‘lo nostro’, pero que al final se conducen por puras manías ideológicas, reconforta oír a una entidad como ARCA a la que debieran escuchar más.
