Rechazar esta ley es homofobia

El martes pasado, por parte del lobby gay, presente en el Parlament, se leyó un manifiesto ante la toma de consideración de la ley LGTBI en Balaeres : "Llamemos las cosas por su nombre. Rechazar esta ley es homofobia, bifobia y transfobia. ".

Ya está, ya ha llegado la censura. No puedo ni tan siquiera discrepar.

Esta ley contiene un error conceptual de partida: considerar que hay personas LGTB, como si fuesen una categoría distinta de las personas a secas y con derechos distintos y más potentes que los de los demás.

Al concepto de personas LGTB como al de discriminación por razón de orientación sexual (tal y como se trata en esta ley) subyace un engaño conceptual grave que parece buscado adrede para generar confusión: se pretende dar el mismo tratamiento a la persona, a su comportamiento sexual y a ciertas opiniones (las del movimiento LGTB) sobre la sexualidad, cuando de hecho son cosas distintas.

En efecto, una cosa son las personas, otra su conducta sexual y otra sus opiniones sobre la sexualidad. A la persona hay que respetarla siempre; y respecto a ella no caben discriminaciones de ningún tipo. Las conductas sexuales, por el contrario, son respetables si no incurren en materia delictiva pero no es discriminatorio un juicio crítico sobre ellas. Respecto a las opiniones en materia de sexualidad, se aplica la libertad de pensamiento e ideológica sin más límites que los generales de estas libertades.

Rechazo toda discriminación legal a las personas por su conducta sexual (salvo delitos como la pederastia) o ideas al respecto, pero no podemos aceptar que se nos imponga a todos ni la adhesión a una concepción de la sexualidad concreta ni que se obligue desde el poder a hacer visible una forma de entender la sexualidad ni que se nos imponga a todos la presencia del colectivo LGTB y sus asociaciones en todos los ámbitos de la vida social.

El movimiento LGTB tiene una determinada visión de la sexualidad (la llamada “ideología de género”) y pretende que se identifique el rechazo a esta ideología como discriminación de las personas que adecuan su conducta sexual a esa ideología o la defienden. Esta ley hace suya esta trampa estratégico-política del lobby LGTB y así hacen posible la discriminación legal de todos los que no coinciden con la ideología del lobby LGTB.

Al caer en esta trampa, esta ley se convierten en una amenaza para todos los que libremente no comparten la visión de la sexualidad de la ideología de género del movimiento LGTB.

Mi , y la de muchos, discrepancia de esta ley se basa, no en nuestras opiniones sobre la homosexualidad, sino en que vemos en ella una amenaza fundada al ejercicio de derechos constitucionales básicos por parte de quienes no nos identificamos con el pensamiento LGTB.

Los homosexuales han sido históricamente discriminados en muchas sociedades y siguen siendo discriminados hoy en algunas . Lo mismo ha sucedido a lo largo de la historia con los de ciertas razas, las mujeres, los niños, los de ciertas clases sociales, los católicos o las personas religiosas en general, los judíos, los albinos…según épocas y lugares. Este es un dato de hecho que el moderno sistema de derechos humanos y las normas antidiscriminación pretenden erradicar con carácter general para todos.

Lo que pretende esta ley autonómica es algo distinto: es privilegiar una ideología y una forma de entender la sexualidad, imponiéndola coactivamente al resto de la sociedad como si discrepar de esa ideología fuese discriminar a las personas que viven conforme a ella. Es como si un grupo de negros o de mujeres o de católicos o de albinos creasen un grupo social con una ideología concreta referida a su condición de tales y pretendiesen que toda la sociedad deba aceptar su ideología solo porque la defienden personas pertenecientes a minorías discriminadas en otras épocas o en otros lugares; es como si esos grupos pretendiesen que las leyes obligasen a todo el mundo a formarse en su ideología, y que las leyes impusiesen a todas la instituciones aceptar la presencia de esos grupos en sus estructuras y que las leyes sancionasen a quienes discrepasen de su ideología …solo porque es defendida por alguien perteneciente a un grupo que en el pasado fue discriminado (no, por cierto, por defender esa ideología sino por pertenecer a ese grupo).

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