El Govern balear y los consells insulares de Ibiza, Formentera y Mallorca han alcanzado un acuerdo para iniciar una prueba piloto que permitirá trasladar los residuos de las Pitiusas que no son susceptibles de reciclaje, a la planta de incineración de Son Reus, en Mallorca. Este plan busca aliviar la saturación del vertedero de Ca na Putxa en Ibiza, cuya capacidad está al límite y deberá ser clausurado, por lo que no podrá recibir más basuras. Además, el acuerdo permitirá avanzar hacia el objetivo de "residuo cero" establecido por las normativas europeas. Recordemos que mientras Mallorca elimina sus residuos, el resto de islas los depositan en vertederos que tienen fecha de caducidad.
La presidenta del Govern, Marga Prohens, anunció este lunes la iniciativa tras la Conferencia de Presidentes de Baleares celebrada en el centro de interpretación de Sa Caleta, en Ibiza. Prohens destacó que el traslado de residuos permitirá clausurar el vertedero de Ca na Putxa y contribuirá a una gestión más sostenible de los desechos en las islas.
85.000 TONELADAS AL AÑO
El plan piloto, que comenzará entre octubre y noviembre, contempla el envío gradual de residuos desde Ibiza y Formentera a Mallorca. Se estima que se trasladarán unas 85.000 toneladas anuales a la planta de Son Reus, que actualmente opera al 70% de su capacidad.
Para compensar a Mallorca por la recepción de estos residuos, el Govern ha firmado un convenio de 50 millones de euros con el Consell de Mallorca. Estos fondos se destinarán a mejorar las infraestructuras de tratamiento y permitirán una reducción del 10% en la tarifa de gestión de residuos para los residentes de Mallorca a partir del próximo año.
El presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, señaló que esta medida representa una solución inmediata al problema de saturación del vertedero de Ca na Putxa y que, a largo plazo, se evaluarán otras alternativas tecnológicas para la gestión de residuos. Por su parte, el presidente del Consell de Formentera, Óscar Portas, destacó que, desde el cierre de su planta en 2007, los residuos de la isla se trasladaban a Ibiza y que ahora continuarán su camino hacia Mallorca.
El presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, aseguró que la planta de Son Reus tiene la capacidad necesaria para asumir la gestión de estos residuos adicionales y que la venta de la electricidad generada a partir de la incineración repercutirá positivamente en la tarifa que pagan los mallorquines.
Durante la conferencia, el presidente del Consell de Menorca, Adolfo Vilafranca, advirtió que el sistema de gestión de residuos en la isla está llegando a su límite operativo y que próximamente se deberá decidir entre trasladar los residuos fuera de Menorca o encontrar una solución propia, ya sea de incineración o una alternativa tecnológica.
