Esta semana se cumplirá el primer mes de vida del hospital Son Espases y los inicios no están siendo fáciles. Algunos dirán, como el conseller de Salut, que era previsible que se produjeran incidentes en los primeros días de funcionamiento. Otros, como los profesionales del hospital, andan alucinados de la gran cantidad de carencias y defectos que se han detectado durante estas semanas, y que ellos están sufriendo en sus carnes diariamente. Lo que está claro es que el hospital se podía haber abierto en febrero, como pedían los sindicatos, para comprobar el correcto funcionamiento de todos los sistemas y equipos técnicos. Lo que no tiene sentido es abrir un hospital y proclamar que es “uno de los mejores de Europa”. Quizá lo será, pero no en estos momentos. Y lo que realmente levanta ampollas entre los médicos y enfermeras son las vallas que inundan Palma con el slogan “Son Espases, todo por una sonrisa”. Sonreír, lo que es sonreír, no es precisamente lo que están haciendo los 4.000 profesionales del hospital, que tratan de soportar esta transición de la mejor forma posible. Y, además, lo hacen sin poder fumar en todo el recinto del hospital, ya que los que mantienen este vicio a pesar de la nueva ley casi se tienen que ir hasta el Monasterio de la Real para poder encender un pitillo. Y si el tabaco no les puede calmar esta ansiedad de los primeros días tampoco lo hará el parking de pago que hoy se ha estrenado con mucho ruido. A todo esto, la pregunta que todo el mundo se hace es: ¿se atreverá Antich a inaugurar el Hospital Son Espases? Pronto lo sabremos.





