Una ley que provoca graves daños a la economía de un país debe ser modificada. La ley del tabaco amenaza con cerrar bares y la situación empieza a ser desesperada para muchos empresarios, que a la vez deberán despedir a empleados si quieren seguir manteniendo sus negocios. La ley del tabaco española es similar a la de otros países europeos, pero su aplicación se ha producido en una situación de grave crisis económica y, por lo tanto, hay que modificarla. Además, no conviene olvidar que este mismo gobierno aprobó hace varios años otra ley que permitía a los negocios disponer de zonas para fumadores y no fumadores. Esta hubiese podido ser la mejor solución en las actuales circunstancias económicas. No sé si Zapatero se da dado cuenta de que la aplicación de esta ley está provocando una auténtica rebelión empresarial de consecuencias inimaginables, sobre todo en las próximas elecciones. La ley del tabaco debe proteger al no fumador, eso es algo indiscutible, pero por encima de todo están los puestos de trabajo. Yo, personalmente, soportaré mejor el humo de un pitillo mientras me tomo un café a que cualquier trabajador se incorpore a las listas del paro o que algún bar tenga que cerrar por falta de clientes. La ley debe modificarse por puro sentido común.





