La situación de los socialistas de Baleares es de pura desesperación. Ni siquiera el último escándalo protagonizado por UM con los residuos ha impedido a los dirigentes del PSOE balear seguir cortejando a los nacionalistas de cara a las próximas elecciones. Alberdi, la "número dos" del PSOE dice que entre los socialistas y UM siempre ha habido una relación especial, mientras el propio Antich mantiene que es posible un pacto con sus antiguos socios a la espera de su regeneración interna. Antich, como hizo Montilla antes de las elecciones catalanas, debería explicar a los electores de Baleares qué piensa hacer si el PP no consigue mayoría absoluta. Montilla dejó claro que el tripartito no se repetiría, lo que permitió a los votantes socialistas saber para qué servían sus votos. Por una vez los ciudadanos de estas islas tienen derecho a saber qué tipo de pacto se formaría y con qué objetivo si Antich vuelve a gobernar. Eso sería lo más saludable desde el punto de vista democrático, pero escuchando a Antich y leyendo las declaraciones de Alberdi cada vez tengo más claro que en Baleares se acerca el cambio político. A no ser que Antich ofrezca a UM la presidencia de la Comunidad Autónoma, que todo es posible.





