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Una obra necesaria que Sant Llorenç ha esperado cinco años

lunes 09 de octubre de 2023, 00:00h

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Este lunes 9 de octubre se cumplen cinco años de las inundaciones que arrasaron el Llevant de Mallorca cobrándose la vida de 13 personas, principalmente en el municipio de Sant Llorenç. La peor tragedia natural sufrida por Mallorca en su historia reciente provocó un trauma que aún perdura, agravado por el retraso de las obras que debían acometerse para evitar que futuras avenidas de agua de gran magnitud volvieran a producir un drama como el del 2018.

Durante estos años, la zona ha estado esperando la construcción de una nueva variante de Sant Llorenç y una rotonda que permitan un drenaje transversal y que no funcione como presa, tal y como ocurrió hace cinco años, cuando esa barrera desvió el ingente caudal de agua hacia el casco urbano. De hecho, este tramo fue identificado como "punto negro con incidencia crítica" por el Grupo de Investigación de Climatología, Hidrología, Riesgos Naturales y Territorio de la UIB. Durante el anterior mandato, el proyecto quedó bloqueado por el Consell de Mallorca y por la Dirección General de Recursos Hídricos del Govern, a pesar de que el propio Consell ya planteó la obra en 2020.

Ha sido hace unos días cuando Recursos Hídricos ha dado el visto bueno a un proyecto que ahora deberá ser validado por el personal técnico del departamento insular de Carreteras y aprobado definitivamente por el Consell. El presidente insular, Llorenç Galmés, considera que el proceso de expropiaciones, exposiciones públicas y licitación de los trabajos podrá iniciarse el próximo año. La obra tiene un presupuesto de 5 millones de euros y consiste básicamente en incrementar la capacidad de drenaje existente en el torrente de ses Planes, cuya insuficiencia fue la causa principal de las inundaciones de octubre de 2018 a la altura de la variante de Sant Llorenç.

La que ahora arranca es una obra prioritaria que ha estado bloqueada demasiados años, aunque este retraso se haya debido a una intención de mejorar el proyecto que, sin embargo, ha causado una excesiva lentitud en la tramitación. La burocracia de estos años debe dar paso, ahora, a un impulso decidido que haga realidad una infraestructura muy necesaria en una zona donde la sensibilidad, por el recuerdo de la tragedia, sigue a flor de piel.