El acuerdo alcanzado entre el Govern balear y los consells insulares de Ibiza, Formentera y Mallorca para trasladar los residuos no reciclables de las Pitiusas a la planta de incineración de Son Reus en Mallorca es una decisión pragmática y necesaria ante la inminente saturación del vertedero de Ibiza.
Se trata de la única solución posible a un grave problema medioambiental y de gestión de residuos, pues la construcción de una incineradora en Ibiza no es viable bajo ningún punto de vista.
La planta de Son Reus, operada por Tirme, cuenta con capacidad suficiente para procesar los residuos provenientes de Ibiza y Formentera, especialmente durante los meses de menor actividad turística. Además, su modernización en los últimos años ha permitido optimizar la quema de residuos y generar energía, minimizando así su impacto ambiental.
El transporte de residuos entre islas deberá garantizar que se hace de forma limpia, segura y bajo estrictas condiciones para evitar pérdidas de líquidos y malos olores
El transporte de residuos entre islas deberá superar un plan piloto para garantizar que se hace de forma limpia, segura y bajo estrictas condiciones para evitar pérdidas de líquidos y malos olores. Esta solución también permitirá avanzar hacia el objetivo de "residuo cero" establecido por las normativas europeas, al reducir la dependencia de los vertederos y fomentar una gestión más eficiente de los desechos.
El traslado de residuos de las Pitiusas a Mallorca es una solución lógica y necesaria, que proyectará una imagen de gestión responsable, integral y colaborativa de las basuras que no pueden ser recicladas. Es un paso importante hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente para todas las islas del archipiélago.
Conviene pedir responsabilidad y altura de miras a quienes se oponen a esta medida, como Més per Mallorca. Afirmar que se convierte la isla de Mallorca en un basurero es demagógico y falso, pues el tratamiento de los residuos de rechazo en una planta incineradora moderna y según los más altos parámetros medioambientales, es lo que hacen todos los países de la Unión Europea.
Y dar la espalda a los ciudadanos de Ibiza y Formentera ante una situación límite, cuando en Mallorca se pueden tratar los residuos que ya no caben en el vertedero colmado, no es defendible por nadie que crea en aquel célebre lema: ‘Quatre Illes, un País, cap frontera’.
