Rubén Martínez y Samuel de la Paz forman un buen tándem. Rubén, cubano, extrovertido, dicharachero, un buen relaciones públicas, está a cargo de la sala; Samuel, dominicano, discreto, tímido, reservado, pero metódico y ordenado, es el responsable de la excelente cocina que ofrece el restaurante Urbe, en la milla gastronómica y de ocio de Palma, la calle Blanquerna.
Se conocieron porque trabajaban en dos restaurantes que estaban uno pegado al otro, el 49 Steps y el Marina Bay, en el Moll Vell de Palma, y esto favoreció la conexión cubano - dominicana. Se motivaron, se ilusionaron para dar forma a un proyecto propio y en común, y hace exactamente cuatro años, abrieron Urbe.
Rubén tenía experiencia en gestión de restaurantes, en el trato con el cliente, y Samuel había adquirido un buen bagaje como chef personal del presidente de República Dominicana, Lionel Fernández, viajando por todo el mundo y conociendo a reyes, presidentes y mandatarios de un montón de países, además de haber trabajado en diversos restaurantes.
Cuando enfilé la calle Blanquerna para tener una breve charla con Rubén, de lejos ya le vi entrando y saliendo del restaurante a la terraza. Que tal estás Rubén? “Guapo y fajao”, me contestó y, ante mi cara de interrogación me lo aclaró “en mi país esto viene a significar preparado para la lucha, y en clave restaurante, que todo el equipo está dispuesto para el servicio, para ofrecer buena cocina, excelente trato a la gente, para que se vayan con ganas de volver”
La carta de Urbe es amplia y con opciones con las que cualquiera puede encontrar platos a su gusto. Estoy seguro que toda la carta tiene un muy buen nivel, porque cuando he estado comiendo allí me he fijado en lo que va saliendo de la cocina y pasan por la sala hasta la mesa del cliente, y todo tiene muy buena pinta, pero yo prefiero las elaboraciones más exóticas, las que me cuesta hacer en casa o encontrar en otros restaurantes.
El primer día que fui me volvió loco el Taco de Algas, una base de alga nori tempurizada, crujiente, sabrosa, con atún rojo, arroz, alga wakame y salsa chojin, propia de Guatemala, una exquisitez. También en el apartado de Tapas probé el Rollito Chibuya, un bocado fresco, hecho con obleas de papel de arroz, con tiras de verdura, gamba, plátano macho y salsa hoisin. El nombre le viene de Shibuya, uno de los barrios más de moda de la metrópolis de Tokyo. Entre los ceviches, me encantó el Machu Pichu, con lubina, quinoa frita, cebolla, cilantro y la piel crujiente del pescado, con su imprescindible leche de tigre, en este caso, especial Urbe, diferente a la clásico pero buenísima.
En otra ocasión también probé los Langostinos en tempura con salsa siracha, soy un fan de esta salsa muy popular en Tailandia, y el Tartar de atún con aguacate, pico de gallo y salsa guillin, de chiles picantes. Tendré que volver porque me quedan unas cuantas cosas muy apetitosas para probar, como el Ceviche de pulpo y langostino, una buena Carne o alguno de los cinco platos veganos.
En definitiva, una acertada recomendación de mi buen amigo Toni Gil, una gratísima sorpresa, un sitio para disfrutar, de su cocina, del entorno, el local y la terraza en plena calle Blanquerna, y porque el servicio es adorablemente amable, y muy eficiente.
Ficha:
Dirección: calle Blanquerna 8
Teléfono: 971763405
Instagram: https://www.instagram.com/urbe_mallorca/
Reservas: por teléfono
Tipo de cocina: fusión
