Hace unos meses hice un nuevo revival. Lo había hecho hace un par de años en la Bodega Bellver, con mi buen amigo Kiko y nuestras hijas, y ahora tocaba al Bar Kiosko Alaska, de Palma, otro de estos sitios a los que los menorquines que estudiamos en Mallorca íbamos durante los años 80, antes o después de salir de juerga. Con otros bares, como el añorado Bar Moka Verd, de la calle San Miguel, no podré hacerlo, una lástima!
Estuve allí con Biel “Calucha”, José Bosch y Tolo Sintes, menorquines los tres, que de vez en cuando hacen una escapada gastronómica a Palma, y nos pedimos la hamburguesa de la casa, la de siempre. Me encantan las nuevas burgers que se hacen hoy en día, auténticos platos o bocados gourmet, pero de vez en cuando me gusta hacer un viaje en el tiempo y disfrutar de este formato sencillo pero buenísimo, con estas servilletas finísimas que secan más bien poco.
El empresario Antonio Perelló Planas abrió el Alaska en junio de 1935 (hace poco ha cumplido 90 años), con el nombre de Automatic Bar, con una concesión del Ayuntamiento que mantuvo hasta 1951. Desde entonces ha pasado por varias manos. Empezó vendiendo refrescos y helados y con el tiempo y con la irrupción del turismo amplió la oferta en función de lo que le iban demandando los clientes. Hoy se le conoce por sus perritos calientes, petitos de lomo, y por sus hamburguesas, que llevan al menos 30 años haciendo de la misma manera, el formato clásico.
La estética de los años sesenta, los letreros de neón, con su particular tipografía (por cierto, todavía conserva los de Granizados y Heladería, como testimonio de lo que fue), la barra metálica, le dan un aire vintage, de dinner americano, pero metido en pleno centro de la plaza. Todo esto hace que los palmesanos, y los que hemos vivido y transitado por aquí, lo tengamos en la retina y en el corazón. Por cierto, también el hoy Rey Felipe VI, que cuando todavía era príncipe se dejaba ver por allí.
En varias ocasiones se ha planteado su cierre, pero siempre ha sobrevivido a esta “amenaza”, la última hace un par de años con motivo de la reforma urbanística de la Plaza del Mercado que proyectaba el Ayuntamiento. La posibilidad de perder este icono de la ciudad, muy querido por residentes y visitantes, hizo que se produjera una gran movilización para evitar su desaparición.
Se consiguió lo que se quería, y así lo confirmó en su momento un representante municipal, afirmando que con la remodelación de la plaza la intervención en el Alaska sería mínima, para cumplir con la legalidad pero manteniendo su estética y su espíritu, transitando hacia el centenario.
Ficha:
Dirección: Plaça del Mercat, 6A
Teléfono: no consta
Web: no tiene
Reservas: hay que ir allí
Tipo de cocina: burgers y hot dogs
